El navío estadounidense Cape Ray, equipado para destruir el arsenal químico sirio en alta mar, se dirige ya hacia el Mediterráneo, informó hoy el Departamento de Defensa.

El carguero militar partió el lunes del puerto del Portsmouth, en las cercanías de la base naval de Norfolk (Virginia), y se espera que cruce el estrecho de Gibraltar en unas dos semanas.

El Cape Ray está equipado con un avanzado sistema de hidrólisis para neutralizar en alta mar unas 700 toneladas de armas químicas sirias, algo que Estados Unidos espera poder finalizar antes del 30 de junio. 

El Pentágono aclaró que en el proceso de destrucción del arsenal químico no se realizarán vertidos de productos tóxicos y todos los residuos sobrantes se almacenarán para posteriormente ser transferidos a empresas privadas que los tratarán.

"Estados Unidos sigue comprometido para asegurar la neutralización del material químico de Siria y dar prioridad a la seguridad de la gente y proteger el medio ambiente, siguiendo los procesos de verificación de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)", indicó el Pentágono en un comunicado.

La OPAQ ha conseguido verificar y está sacando de Siria el arsenal químico del país, que consta de componentes para el gas mostaza, sarín o la neurotoxina VX.

Hasta el momento, la OPAQ ha conseguido completar dos envíos de armas químicas en el puerto sirio de Latakia, donde cargueros daneses y noruegos se harán responsables de transportar el material al puerto italiano de Gioia Tauro.

En ese puerto al sur de Italia, el Cape Ray recibirá el arsenal químico para proceder a su destrucción en un lugar no revelado en alta mar.

En un mensaje a la tripulación del Cape Ray, el secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, recordó que están a punto de realizar "algo que nunca se ha intentado": destruir "uno de los mayores arsenales químicos para contribuir a un mundo más seguro". 

La destrucción del arsenal químico fue acordada por EE.UU. y Rusia con el Gobierno sirio de Bashar al Assad tras un ataque con gas sarín el año pasado contra población civil en Damasco, que llevó a Washington a amenazar con una intervención militar.

La primera ronda del proceso de paz para Siria entra mañana en su recta final sin avances concretos, en una negociación que ha partido de posiciones que parecen irreconciliables y que se centran en la entrega o no del poder de parte del presidente sirio Bashar Al Assad. 

El conflicto sirio surgió en marzo de 2011, con unas manifestaciones populares que dieron paso a una crisis que ha causado 130.000 muertos.