Un día antes de que se cumpla un mes del terremoto en Nepal, algunos institutos y universidades privadas reabrieron hoy sus puertas en Katmandú en un esfuerzo por recuperar la normalidad tras el desastre, aunque los estudiantes saben que aún tardarán en recuperar su rutina.

Anticipándose a la fecha para la vuelta al trabajo regular en las escuelas públicas, que tienen previsto abrir en una semana, el Baneshowar Oasis Tuition Centre de Katmandú, un centro de estudios de secundaria con especializaciones, abría hoy sus puertas junto a un campus de centros universitarios aún clausurados a cal y canto.

"Todavía hay mucho miedo y ni siquiera el edificio es seguro al cien por cien, pero teníamos ganas de volver al día a día", dijo a Efe el joven Manoj Rana, estudiante de la institución. 

En su memoria, y en la de tantos otros, aún está fresco el recuerdo del terremoto de 7,8 grados que el pasado 25 de abril acabó con la vida de más de 8.000 nepalíes y causó más de 16.000 heridos, fundamentalmente en 15 de los 75 distritos del país.

Esa sacudida y otras posteriores, incluida una de 7,4 grados que tuvo lugar el pasado 12 de mayo causando más de un centenar de muertos, han puesto al sistema educativo contra la pared y en condiciones críticas, según el Sistema de Naciones Unidas.

Rana, estudiante de primer curso de un máster en Negocios, recordó cómo la ciudad "ha vivido verdadero pánico, y muchísimos edificios siguen dañados" tras el sismo del 25 de abril y las réplicas posteriores. 

"Así es difícil recuperar tu ritmo de vida", sentenció este veinteañero a las puertas del centro educativo, que mostraba un aspecto triste pese a la reapertura de las aulas a los estudiantes.

Apenas 50 de sus cerca de 200 alumnos regresaron hoy a las clases. 

"Pero era importante volver a clase, anímicamente porque vuelves con tus amigos, ves otra vez a tus profesores, y en lo académico porque en junio debería haber exámenes", comentó a Efe Aayusha Shrestha, de 17 años, matriculada en uno de los últimos cursos de Secundaria.

Rodeada de varias compañeras, Shrestha confesó que "todo es más fácil así", con la vuelta a las clases después de casi un mes, aunque "todavía esté roto".

El vicepresidente de la asociación nepalí de escuelas de Secundaria HISSAN, Ramesh Silwal, explicó a Efe que se calcula que alrededor del 40 % de los institutos y universidades privadas reabrieron "de una manera u otra" durante esta jornada en todo el país. 

"Hay que tener en cuenta que en Katmandú muchos profesores y alumnos se fueron después del terremoto y todavía tardarán en volver a las clases", indicó este representante de la organización.

Silwal apuntó que reanudaron la actividad "centros de últimos cursos de secundaria o facultades de Ingeniería o Medicina, pero se tardará en volver a la normalidad varios días, aunque lo importante es haber vuelto a clase", dijo.

Más allá de la predisposición de los alumnos y profesores, las instalaciones escolares tienen sus propias posibilidades y tiempos.

Muchas están pendientes de reparación y en las que tienen la luz verde no todo funciona precisamente bien.

Unicef calcula que al menos 24.000 aulas quedaron destruidas, y en los distritos más afectados alrededor de un 90 % de los edificios escolares sufrieron daños de diverso calibre o fueron destruidos.