"Es nuestra capital y nunca ha sido la capital de otro pueblo", subrayó Netanyahu en París al comparecer ante la prensa junto al presidente francés, Emmanuel Macron, al término de un encuentro de más de dos horas y media en el Palacio del Elíseo.
Según su razonamiento, cuando los palestinos acepten esa "realidad" que deriva de la historia de los judíos y del hecho de que Israel la hizo su capital desde la creación del Estado hace siete décadas, "podremos avanzar en el camino de la paz".
Se quejó de que en organismos internacionales como la Unesco haya lo que consideró una voluntad de negar la relación de Jerusalén con la historia judía.
Por su parte, Macron reiteró su "desaprobación" de la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de trasladar a Jerusalén la embajada ante Israel, por su carácter unilateral, porque contraviene la legalidad internacional y porque a su juicio "es peligrosa para la paz" y para la propia seguridad de Israel.
Preguntado sobre los gestos que le pidió Macron para sacar del atasco en que se encuentra el proceso de paz -el presidente francés le reclamó, en particular, la congelación de la colonización-, el jefe del Gobierno israelí replicó que "lo más importante para la paz es reconocer que la otra parte tiene derecho a existir".
A su parecer, la actitud de la Autoridad Palestina sobre esa cuestión ha retrasado el proceso.