A meses de que finalice el segundo periodo presidencial de Michelle Bachelet, el diario estadounidense The New York Times la destacó como la "última mujer en pie" de las Américas, que hasta diciembre de 2015, contaba con tres jefas de Estado, considerando a Cristina Fernández, en Argentina, y Dilma Rousseff, en Brasil.

El influyente medio señaló que durante algunos años, las tres mandatarias presidieron sobre más de la mitad de la población de la región y que posicionaron a Sudamérica como un "ejemplo del impulso global" para lograr mayor equidad en la política con mujeres representantes. Así, destacan que ese hecho llegó incluso mucho antes que a Estados Unidos, a menudo considerado menos sexista que esta parte del continente

Pero pese a esto, debido al impeachment del que fue protagonista Rousseff y las acusaciones de corrupción que pesan sobre Fernández, Bachelet "se encuentra en una posición inquietante: la última jefa de gobierno en las Américas", indica el NYT.

"Y en unos meses, ella también se habrá ido. Después de que el mandato de la sra. Bachelet termine el próximo año, no se espera que ninguno de los países de América del Norte o del Sur, tenga presidentes mujeres, un cambio notable en una parte del mundo, que hasta hace poco, se habían elegido a mujeres para liderar democracias influyentes", agregan.

Esto, dice el New York Times, ha generado preocupación para los defensores de los derechos de la mujer, que veían estas representaciones como un empuje hacia la igualdad de género. 

Por otro lado, se indica que tanto Bachelet, como Rousseff y Fernández, dicen que su género "las expuso a reacciones particularmente virulentas". "La sra. Rousseff dijo que había sido llamada "vaca" unas 600 mil veces, y atribuyó su caída, en parte, a la misoginia".

"Me acusaron de ser demasiado dura y áspera, mientras que un hombre habría sido considerado firme y fuerte", dijo la ex mandataria brasileña. Tras su salida, Michel Temer asumió a la cabeza del Planalto acompañado de un gabinete masculino.

El medio describe, igualmente, lo que ocurrió en Chile cuando en 2006 ganó los comicios Michelle Bachelet: "no fue la primera mujer jefa de Estado de la región, pero fue ampliamente considerada como la primera en ser electa en sus propios méritos", sin estar al alero de un marido políticamente poderoso. "Ese momento inspiró a las mujeres de toda América Latina", indica el artículo.

En su segundo periodo "creó el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, aprobó un cambio electoral que exigía que al menos el 40% de los candidatos a cargos electivos fueran mujeres. Antes de que finalice su periodo, está tratando de despenalizar parcialmente el aborto".

"Sin embargo, la sra. Bachelet dijo que dejaría el cargo con muchas cosas pendientes. Solo el 16% de los legisladores chilenos son muejeres. Y más allá de eso, las mujeres chilenas ganan un 32% menos que los hombres aproximadamente".

La socióloga Virgina Guzmán, del Centro de Estudios de la Mujer, señaló al New York Times que Bachelet "será recordada como alguien que trató de guiar al país hacia una mayor democratización".