La piedra filosofal es una legendaria e imaginaria sustancia alquímica, que según el registro histórico, era capaz de convertir cualquier metal, como el hierro o el plomo, en oro o plata. Más aún, muchos le atribuían la capacidad de la inmortalidad a quien la tuviera.
Como la mayoría de los postulados de la alquimia, su efectividad jamás fue probada, y por lo mismo, esta rama de la química pasó a tener el rótulo de pseudociencia y cayó en el descrédito.
Pero no todos estaban tan de acuerdo, incluyendo al físico inglés Isaac Newton. Un sorprendente hallazgo muestra cómo el célebre matemático estaba fascinado con esta asignatura de la química. La Chemical Heritage Foundation (Fundación del Patrimonio Químico) acaba de adquirir en 100 mil dólares un documento que se encontraba en manos privadas y en el que Newton describe cómo fabricar el ingrediente mágico que permite desarrollar la ansiada piedra filosofal.
Según el escritor y experto en alquimia Jacques Sadoul, esta piedra está compuesta de una mezcla de pirita, ácido tartárico, rocío y un ingrediente fundamental llamado el mercurio de los filósofos o “mercurio sófico”.
La creación de este mercurio sófico era un paso previo para obtener oro de cualquier metal, pues se creía que este elemento podía ser usado para romper el metal en sus partes básicas. En teoría, al separarlo, sus partes podían ser moldeadas para convertirlas en otros metales, y así transformarlas finalmente en oro.
Precisamente, en el documento recién redescubierto, Newton relata el procedimiento para fabricar este mercurio, basándose en los apuntes del alquimista de la U. de Havard del siglo XVII, George Starkey.
“La importancia del manuscrito reside en que nos ayuda a entender las lecturas alquímicas de Newton -especialmente las de su autor favorito- y nos provee evidencias de otra de sus metodologías de laboratorio”, dijo James Voelkel, curador de libros singulares de la Biblioteca Othmer de la Chemical Heritage Foundation.
Newton y la alquimia
El manuscrito, titulado Preparación de mercurio para la piedra, no sólo es un recetario químico, sino que demuestra el poco conocido interés de Newton por la alquimia, una forma de química medieval muy popular en el siglo XVII.
Aunque sólo se trata de una copia del trabajo de Starkey publicado en 1678 bajo el nombre de Eirenaeus Philalethe, el documento muestra la conexión que el físico mantenía con los círculos alquímicos.
De hecho, en la parte trasera del manuscrito, como era la costumbre de Newton, el científico realizó apuntes de laboratorio para otro proceso alquímico.
El manuscrito de la fundación se encuentra en la biblioteca y está disponible para su estudio.
Además, la fundación anunció que pronto subirá a su sitio web una copia digitalizada del manuscrito, como parte de un proyecto conjunto con la U. de Indiana.