El pueblo estadounidense de Newtown realizará esta jornada servicios fúnebres para otras seis víctimas del tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook, entre ellas la directora del colegio que fue asesinada junto a 20 estudiantes y cinco miembros de su personal.
La masacre de tantos niños, la mayoría de ellos de apenas seis o siete años, ha conmocionado a Estados Unidos y al mundo, reviviendo el debate sobre el control de armas en un país donde
el derecho a portarlas está protegido por la Constitución y es defendido ferozmente por muchos.
Adam Lanza, el atacante de 20 años, portaba cientos de rondas de municiones y disparó a sus víctimas repetidamente, a una de ellas 11 veces. El joven mató a su madre antes de cometer
la matanza en la escuela y luego del ataque se suicidó.
La familia de la directora Dawn Hochsprung invitó a un servicio fúnebre para el miércoles por la tarde, aunque el sepelio será privado y se producirá en un momento que no fue
revelado.
Otra de las profesoras de la escuela, Victoria Soto, estaba entre las personas que sería sepultada hoys.
También se programaron funerales para los niños Charlotte Bacon, Daniel Barden y Caroline Previdi, mientras que la familia del menor Chase Kowalski realizará una vigilia y un evento
conmemorativo.
Los niños que sobrevivieron a la masacre pasarán otro día en casa mientras las autoridades del colegio y sus padres desarrollaban planes para un eventual retorno a clases en otro
recinto, el colegio Chalk Hill de la cercana localidad de Monroe, donde un cartel frente a la calle decía: "Bienvenida escuela primaria Sandy Hook".
En tanto, la policía estadounidense continuaba con la investigación sobre la masacre al interior de la escuela y todavía no se han revelado los motivos exactos que tuvo Lanza para iniciar el tiroteo.
PRESION EN WASHINGTON
El impacto del tiroteo se percibió también en el mundo de los negocios ayer, cuando el fondo privado Cerberus Capital Management LP dijo que vendería su participación en la compañía que produce el rifle Bushmaster tipo AR-15, que fue utilizado por Lanza.
La Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en ingles), un poderoso grupo de presión a favor de la industria de las armas, rompió el silencio el martes por primera vez desde el
tiroteo al decir que sus miembros estaban "conmocionados, tristes y con el corazón roto" y que estaban preparados para "ofrecer contribuciones significativas" a fin de evitar esta clase de incidentes.
La NRA usa presión política sobre legisladores y otras figuras de Washington para moderar las restricciones a la venta y posesión de armas en Estados Unidos, al tiempo que promueve la caza y los deportes relacionados al uso de armamento.
La masacre ha llevado a algunos legisladores republicanos a mostrar su disposición para debatir sobre el control de armas, una pequeña señal que podría eventualmente cambiar la firme negativa de Washington a considerar con seriedad nuevas restricciones federales.