LeBron James no se guardó nada. La derrota por 104-89 de los Cleveland Cavaliers frente a Golden State Warriors dejó muy molesto al alero, quien cuestionó el bajo nivel de su equipo en el primer partido de las finales de la NBA.
"Cuando te dominan 45-10 con los reservas y además concedes 25 puntos de las 17 pérdidas de balón que has tenido, entonces no importa lo que uno puede hacer o no hacer, sencillamente será siempre difícil conseguir la victoria y más si juegas de visitante", lamentó el astro, quien agregó: "No importa tampoco lo que hagas con Steph (Curry) y Klay (Thompson), o con Draymond (Green)".
"Está claro que debemos trabajar en los ajustes inmediatos de cara al segundo partido que tenemos el próximo domingo. Sólo tenemos que mirar las estadísticas y darnos cuenta de lo que sucedió", destacó la estrella, quien disputa su sexta final consecutiva.
En tanto, su antagonista, Stephen Curry, también reconoció su frustración, a pesar de haber ganado con su equipo. De hecho, hacia el final del partido, lanzó su protector bucal con furia.
"Estuve frustrado por fallar tantos tiros abiertos y por perder tantos balones. No jugué como debía hasta ese momento (el de su último triple). Anotas ese lanzamiento y sueltas toda esa agresividad", admitió.
Pero se mostró esperanzado: "Fallé muchos lanzamientos y no encontré el ritmo, pero por la manera en la que defendieron, seremos capaces de ajustarnos para el juego 2. No estoy preocupado por ello. Tan solo estoy muy orgulloso por la manera en la que todo el mundo contribuyó. No ganas campeonatos sin que todo el equipo impacte en los partidos".