A comienzos de la década pasada, las películas protagonizadas por Nicolas Cage podrían haber sido descritas como ambiciosas, nombres fijos en las temporadas de premios, o hitos infaltables en la cultura popular. Hoy en día, sólo este último punto podría aplicarse, y no necesariamente por las mismas razones. El alguna vez ganador del Oscar por Adiós a Las Vegas (1995) es hoy más conocido por sus papeles al borde de la parodia, y por un fuerte rechazo de parte de la crítica y, a veces, de sus pares. "Ya no es un actor, es más un intérprete", declaró una vez Sean Penn. Aún así, en la actualidad, el sobrino de Francis Ford Coppola es tan divisivo dentro de Hollywood como los fanáticos, con una base fija que lo sigue a pesar de sus traspiés. Con motivo del estreno de Apocalipsis, este jueves, su primera cinta exhibida en Chile el 2015, aquí las cinco características infaltables en las películas de Cage.
*Tramas súper complejas
En Apocalipsis, Cage interpreta a un piloto que debe lidiar con el comienzo del fin de los tiempos mientras se encuentra en pleno vuelo, con varios pasajeros desapareciendo misteriosamente, dando a entender una especie de ascenso de los fieles al cielo (como en The leftovers). Y estas situaciones no son pocas en las películas del actor. Enfrentarse a misterios más grandes que la vida es la tónica para el estadounidense en sus cintas, desde habilidades paranormales que usa para evitar el fin del mundo como en Next (2007) o Presagio (2009), hasta enfrentarse a cultos satánicos como en El hombre de mimbre (2006) e Infierno al volante (2011). Incluso cuando las tramas están basadas en la realidad, como Contracara (1997) o La leyenda del tesoro perdido (2004), generalmente hay un gran y complejo misterio de fondo que implica una sobrecarga de diálogos de exposición.
* Roles exagerados
En Saturday night live bromearon con que todos los diálogos de las películas de Cage son susurrados o gritados. Y algo de razón tienen. Sus roles suelen ser histriónicos y difíciles de ignorar. En Ojos de serpiente (1998) era un gritón policía corrupto, mientras que en El hombre del tiempo (2005) es un tipo en medio de una nerviosa crisis de la mediana edad. Pero si se tuviera que seleccionar una cinta en donde resumiera su técnica de actuación, esa sería Ghost rider (2007). En la adaptación del superhéroe de Marvel, que el mismo actor produjo, realiza escenas donde deja en claro la dolorosa transformación de su personaje para adquirir sus poderes. Y, por supuesto, su cabeza está en llamas.
* Son muchas por año
Una de las mayores críticas hacia la figura del actor, es su aparente nula capacidad para seleccionar sus proyectos con cuidado, participando de la cinta que tenga por delante. El último año que no tuvo una película de Cage fue 1991. Y la última vez que hubo sólo una, fue hace 10 años. Su récord siguen siendo cinco filmes en 1992. En 2014, estuvo tres veces en la pantalla grande en EE. UU., y para este nuevo año tiene tres cintas más a la espera de ser estrenadas, más las novedades que pueda anunciar durante los próximos meses. Buena parte resultan tal fracaso de crítica y taquilla, que no son ni si quiera distribuidas a nivel internacional.
* No muy buenas
Con siempre tantos proyectos al mismo tiempo, y grabados a la velocidad en la que se realizaron, es difícil que la calidad de éstos sea uniformemente alta. Al contrario, las cintas de Cage suelen ser seleccionadas por la prensa especializada entre lo peor del año. Ha sido nominado a diez premios Frambuesa, que se otorgan a lo peor de Hollywood anualmente (aunque nunca ha ganado uno). Este mes, Apocalipsis fue seleccionada como una de las peores películas de 2014 (se estrenó en octubre en Estados Unidos) por el sitio The Huffington Post y los lectores de la revista Rolling Stone. El primero la definió como "terriblemente actuada" y "propaganda sensacionalista".
* Algunas joyitas
Pero también, con tanta participación en la pantalla grande, es inevitable que Nicolas Cage cada cierto tiempo le dé al clavo. En 2013, su interpretación en el drama Joe, sobre un ermitaño que traba amistad con un niño abusado en el sur de EE. UU., fue aclamada por la crítica. También fue bien recibida su colaboración con el aclamado director Werner Herzog en Policía corrupto (2011), donde aprovechó su tradicional exceso de gesticulación para dar vida a un policía drogadicto y fuera de la ley en Nueva Orleans. También ha sido elogiado por roles secundarios como en Kick-Ass (2010) o protagónicos en cintas cuya crítica no fue tan positiva como su actuación, como en El señor de la guerra (2005). Si sabe buscar, todavía se puede encontrar al actor premiado por Adiós a Las Vegas y El ladrón de orquídeas.