El goleador chileno en el Mundial Sub 20 de 2005, que compartió galones con Jara, Matías Fernández y Fuenzalida, se ha conocido medio mundo jugando al fútbol. Tras pasar por 13 equipos en 12 años de profesionalismo, incluido la U, que lo formó, y Colo Colo, vuelve a Chile con 31 procedente de Kazajistán para reinventarse en Deportes Temuco. La casualidad ha querido que se estrene hoy justo ante su primer equipo.
La U no llega precisamente en su mejor momento.
Tenemos que aprovechar la presión que soporta la U, porque viene de perder. Ahora juega de local, con su gente, tiene dos expulsados... Hay que tomar eso como ventaja y aprovecharlo.
Si hace un gol, ¿se grita?
La última vez que hice un gol en Chile fue en 2014. Después me tocó salir, así que tengo muchas ganas de gritar un gol a favor para nosotros y mejor si es mío.
¿Qué tiene Temuco para hacer daño a la U?
Un buen equipo, con jugadores rápidos por las bandas, como Martínez y Piña, más el buen trato de balón que le da López. Y estando yo en el centro, puedo aprovechar mi juego aéreo. Así que creo que podremos hacer un buen partido.
¿Cómo llega un chileno a jugar en Azerbaiyán?
Había tenido dos años y medio en Palestino consiguiendo continuidad. Hice hartos goles y tenía muchas ganas de salir al extranjero nuevamente. Ya había jugado en Portugal y Rumania. Me tentaron con una posibilidad en China, más que nada por lo económico, y no se me concretó. Hubiese preferido claramente jugar en México, España, en alguna liga un poco más competitiva. Pero se me dio esta chance de ir a Azerbaiyán. Al Neftchi Bakú, el equipo más grande de país. Fue una decisión de la que no me arrepiento. Salí campeón de liga, de copa, fui máximo goleador...
¿Qué le faltó para llamar la atención de un grande de Europa?
Me faltó haber tenido más continuidad en Chile. Cuando tenía 20-21 años tuve una oferta muy joven del Benfica, donde prácticamente no jugué. Después anduve en Rumania, pero nunca tuve la continuidad para irme a otro más grande. Fue un error de decisiones, de estar mal asesorado. Ésos son los riesgos que uno corre cuando parte muy joven al extranjero. Eso hace la diferencia de por qué algunos tienen una carrera más consolidada en Europa. Cuando ya han jugado bastante tiempo en Chile y han tenido los minutos necesarios para ser vendidos, la carrera se hace diferente.
¿Su representante se quiso aprovechar de usted o le jugó en contra ilusionarse muy fácil con una oferta del extranjero?
Obviamente hay intereses creados. Invierten dinero en ti y después lo quieren recuperar. De cualquier oferta se quieren agarrar. Pero puede ser no la mejor decisión en lo futbolístico. No me arrepiento nada de mi carrera. He estado en lindos clubes, en grandes competiciones, he jugado UEFA, jugué en la selección y en grandes de Chile. La verdad es que no me arrepiento de nada.
¿Influyó Marcelo Salas en su regreso a Chile?
La verdad es que tenía ganas de volver a Chile y reencontrarme con el fútbol de acá. Había seguido la campaña que hizo Temuco. Sé de la calidad de sus jugadores. Se puede hacer un buen semestre. Firmé contrato por un año, así que tengo mucho tiempo para adaptarme y tratar de hacerlo de la mejor forma. A Marcelo Salas le tengo un cariño especial. Para cualquier jugador es un ídolo, por lo que retribuyó en la selección, pero yo le tengo un cariño especial: fuimos compañeros en la U.
¿Se arrepiente de jugar en Colo-Colo siendo formado en la U?
No, para nada. Como te dije antes, no me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi carrera. Me tocó estar en el club y estoy muy agradecido de las personas que en ese minuto me dejaron integrar el plantel. Desde Gustavo Benítez a Arturo Salah. Fue una linda experiencia con un lindo camarín. Pero después tuve una lesión complicada y asumió otro técnico, Tapia, y me tuve que ir nomás. Al final esto es una profesión y uno debe ir al club que le propongan, independiente de donde te hayas formado.
¿Tiene algún rencor con Tapia?
No siento rencor, pero se manejó de mala manera. Cuando el equipo anduvo muy mal, dentro de todo marqué un par de goles y nunca fui criticado por la prensa. Cuando me lesioné, Tapia se me acercó muchas veces para decirme que yo era el 9 del equipo, que me quedara tranquilo y que me recuperara luego. Pero después, a final de campeonato, cuando ya estaba recuperado, me dice que no quiere contar conmigo. Creo que hay que ser transparente y cuando un jugador no te gusta, se lo tienes que decir desde un principio y no andar inventando excusas.
A su edad, ¿uno se ilusiona con recuperar nivel internacional y volver a la Roja?
Más allá de ilusionarme, porque no me hago ilusiones de nada, trato de vivir el presente. Estoy en Temuco. Y el fútbol es distinto al de años atrás. Antes necesitabas hacer dos o tres temporadas para ir a un grande o a la selección. Ahora necesitas sólo seis meses buenos, y más en mi posición, donde te piden hacer goles. Siento que estoy a tiempo de saltar a un equipo internacional o a la Roja. Nunca se pierde la esperanza.
¿Por qué lo debería llamar Pizzi?
Soy consciente de que jugué seis o siete partidos sólo en la última temporada y que tuve problemas con el entrenador. Además, los seis meses anteriores en Azerbaiyán, tuve dos lesiones que me marginaron prácticamente todo el campeonato. No he tenido la continuidad necesaria. Soy consciente de eso y no pienso ahora por qué me debería llamar Pizzi. Veamos cuando juegue con continuidad.
Tiene el perfil de futbolista farándula. ¿Se lo toma así?
Si fuera así, estaría cien por cien enfocado en la farándula, me estarían viendo en esos programas o en un panel. Si me vinculan con alguna persona que es conocida y da que hablar, eso es otra cosa.