Hasta las oficinas de la Fundación Democracia y Desarrollo, del ex Presidente Ricardo Lagos, llegó el 16 de abril el diputado RN Nicolás Monckeberg,  junto a sus pares Gonzalo Fuenzalida y Diego Paulsen. Allí, entregó al ex mandatario una serie de propuestas para modificar la Constitución. Al día siguiente, Monckeberg llegó hasta la Fundación AvanzaChile para hacer lo mismo con el ex Presidente Piñera.

¿Usted está a favor de elaborar una Constitución completamente nueva? ¿O sólo de modificar la actual?

No tememos  discutir cada uno de los artículos de la Constitución. Pero de una vez por todas discutamos sobre el fondo, más que sobre las formas. Durante el año de campaña, y en el año que llevan de gobierno, la Nueva Mayoría no ha sido capaz de hacer ninguna propuesta seria. En la izquierda se habla mucho de hacer una asamblea constituyente, pero detrás de esa propuesta no hay más que un fin populista.

¿Por qué hace esa afirmación?

Ellos dicen que quieren una nueva Constitución para asegurar pensiones dignas. Pero una asamblea constituyente no las va a subir ni en un peso. Es engañar a la gente. Los derechos universales gratuitos son fáciles de escribir, pero difíciles de cumplir. Hoy en Chile se establece un derecho universal al acceso al trabajo, pero este gobierno, producto de su mala gestión, ha perdido en un año un gran porcentaje de los empleos que recuperamos en el gobierno anterior. Entonces, vamos a los aspectos de fondo. Un cambio a la Constitución debe ser para que ciertos aspectos sean revisados seriamente y corregidos.

¿Cómo cuáles?

Equilibrar las facultades presidenciales con las del Parlamento, que el poder legislativo tenga facultades más equilibradas con las del Presidente, como urgencias de ley compartidas. Darle mayor autonomía a las regiones, incentivar la participación ciudadana, terminar con el nepotismo del que este gobierno ha hecho abuso, y bajar el quórum a algunas leyes orgánicas constitucionales, entre otras.

¿Fue insuficiente, entonces, la reforma a la Constitución efectuada por el ex presidente Lagos en 2005?

Esas reformas eran muy necesarias, pero evidentemente que fueron insuficientes. Los países deben ir con madurez haciendo cambios a su legislación, y la situación política en 2005 no permitía cambios más radicales que los que se hicieron. No es culpa de Lagos el no haber hecho cambios más profundos, sino que al revés: la prudencia del gobierno y de la oposición de aquel entonces permitió que esos cambios se hicieran de manera seria y responsable.

Su sector no ha sido, precisamente, el mayor impulsor de cambiar  la actual Constitución. Para muchos es un tema bastante resistido...

Algunos en la centroderecha actúan acomplejados. Hoy no existen razones para no defender con fuerza aquellos aspectos de la Constitución que le han dado estabilidad al país, sin temor de que se deben hacer cambios que son necesarios. Pero el primer requisito para iniciar un debate constitucional serio es que este gobierno retome el timón y deje de conducir este país a la deriva. Iniciar un debate de reformas constitucionales con un gobierno que no existe, que no toma decisiones, es sencillamente temerario. Un gobierno que ha demostrado ser incapaz de manejar contingencias pequeñas, no puede para liderar un debate constitucional.

Si no es el gobierno, ¿entonces quién podría liderar este debate? La Alianza es minoría en el Congreso y también está cuestionada.

Piñera y Lagos están haciendo por la estabilidad política mucho más que todo el gobierno en su conjunto. Estamos frente a un gobierno atemorizado y acomplejado, lleno de rencillas internas, atado de manos, que actúa con pánico ante la evidencia de nuevos errores.