El diputado Nicolás Monckeberg fue uno de los dirigentes de la Alianza que participó, el fin de semana pasado, en el cónclave organizado por el ex Presidente Sebastián Piñera a orillas del Lago Ranco. Como jefe de bancada de RN busca jugar un rol clave en la articulación de su sector con miras a los próximos desafíos electorales de la centroderecha.
¿Cómo se materializa la rearticulación de la Alianza?
La reunión en Ranco sirvió para darnos cuenta que ningún proyecto de la coalición va a ser exitoso si no recuperamos el sentido de equipo y si no nos convencemos de que las causas en política deben ser colectivas. Tal como señaló el ex Presidente el último día, podemos pasarnos horas discutiendo sobre las ideas y el discurso político, pero si no somos capaces de actuar de forma unida, coordinada, nada de eso convence a la gente.
Si bien el gobierno y la Presidenta Bachelet han bajado su aprobación en algunas encuestas, pareciera que la Alianza no logra capitalizar eso. Ustedes mantienen malos resultados en los sondeos...
Desde que asumió Bachelet, ¿la pobreza ha aumentado o disminuido? Aumentado. ¿La desigualdad? Ha aumentado. ¿El empleo? Disminuido. ¿Qué puede ser más relevante para juzgar un gobierno que estas preguntas? Si la gente nos ve comprometidos en la defensa de estos principios, las encuestas van a llegar por añadidura.
Mañana (hoy) hay una reunión de secretarios generales, ¿ese encuentro y el cónclave de Ranco, constituyen los primeros pasos para esta rearticulación?
Sabemos que sin unidad no crecemos nada, que con peleas y conflictos no vamos a subir ningún punto en las encuestas. Estamos haciendo todos los esfuerzos para que la centroderecha recupere el rumbo en forma unida. El encuentro en Ranco sirve como punto de partida para darnos cuenta de que la centroderecha, hace muy pocos meses, era mayoría en este país y que podemos volver a serlo, pero que la primera y gran receta es actuar en forma coordinada.
¿Quién representa mejor las ideas de la centroderecha?
Lejos, quien representa más transversalmente a la centroderecha es Sebastián Piñera. En el escenario actual, la centroderecha necesita a Piñera, en primer lugar para recuperar la unidad, y en segundo lugar para volver a creer que nuestras ideas son las correctas para superar la pobreza y la desigualdad. No es casualidad que durante su gobierno, al margen de los mil errores que se pudieron cometer, fue el período en el que más bajó la pobreza y la desigualdad. Piñera hoy no sólo tiene el derecho a liderar la Alianza, sino que tiene la obligación de influir para que la centroderecha recupere el norte, la unidad y la convicción de que podemos volver a gobernar.
A su juicio, ¿lo está haciendo?
Creo que Piñera se ha dado cuenta que cruzarse de brazos y, sencillamente, ser espectador de los errores que comete el gobierno, no es bueno para el país ni para la coalición. Y aún cuando él pueda querer tener un rol más pasivo, a él le corresponde ser mucho más activo en ordenar a la coalición y en contribuir, desde su liderazgo como ex Presidente, a que el actual gobierno corrija ciertos errores.
¿Eso incluye el caso de que la centroderecha lo convoque para que represente al sector en una futura campaña?
Sí, por supuesto. Aunque parezca cliché, faltan tres años. Y me parece inoportuno identificar toda la acción política de la centroderecha en función de futuras candidaturas presidenciales. Sin embargo, si se dan los escenarios para que la centroderecha vuelva a gobernar, y la figura de Piñera sigue siendo la más relevante para la centroderecha, no tengo ninguna duda que él no va a rehuir esa responsabilidad.