Su mano derecha tocaba su mentón, mientras que con la cabeza negaba los argumentos que la jueza Olga Ortega exponía en la sentencia en su contra. De esta manera, Hans Niemeyer Salinas (39) conoció ayer el fallo que lo condenó a cinco años de cárcel, por el delito de tenencia de artefacto explosivo casero. La bomba atribuida al sociólogo detonó el 30 de noviembre de 2011, en un banco de Macul. La explosión, a juicio del tribunal, destruyó ventanales y muros por más de $ 8 millones, por lo que, además, fue condenado a otros 300 días de prisión por daños.
Si bien el fallo que dictó el 7º Tribunal Oral rechazó aplicar una condena bajo la Ley Antiterrorista, la sentencia se transformó, según la Fiscalía Nacional, en la primera pena efectiva (es decir, sin la opción de acceder a beneficios) contra un acusado de instalar un artefacto explosivo.
Tras conocer la sentencia, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, aseguró que como gobierno han "señalado no compartir el criterio interpretativo de algunos tribunales, al no considerar como delito terrorista la colocación y explosión de bombas (...). Ojalá que esta condena permita disuadir a otros de que colocar bombas no es gratis".
Anterior al caso de Hans Niemeyer, otros colocadores de bombas, como Carla Verdugo y Luciano Pitronello, fueron acusados -sin éxito- por la fiscalía de cometer delitos terroristas. Sus casos terminaron en condenas por infracción a la Ley de Armas y Explosivos, lo que les valió una condena de seis años de cárcel, pero con el beneficio de la libertad vigilada (ver notas secundarias).
Durante la lectura de sentencia en contra del profesional, Gendarmería redobló la seguridad del tribunal. Perros detectores de explosivos que revisaban cada rincón del recinto y 11 vigilantes armados que custodiaban al ahora condenado fueron algunas de las medidas adoptadas.
Junto a la familia de Niemeyer, llegaron a presenciar la audiencia Camilo Pérez Tamayo (36) y Gabriela Curilem Aránguiz (31). Ambos fueron imputados en el llamado caso bombas. Al terminar la audiencia, en que Niemeyer se retiró saludando a su familia, Curilem gritó consignas de apoyo.
PROFUGO DE LA JUSTICIA
Para Héctor Barros, fiscal de la zona Sur, los 140 días que Hans Niemeyer estuvo prófugo de la justicia pudieron incidir en la pena que se aplicó al sociólogo: "La condena fue bastante más alta de lo que habíamos tenido en casos similares (...) creo que en algo incidió el tema de la fuga, pero queremos ver primero el fallo".
Una visión similar manifestó Rodrigo Román, defensor de Niemeyer, quien aseguró que "muy probablemente, algo de eso (la fuga) hay en este fallo". El profesional añadió que la sentencia "carece de argumento jurídico. Creemos que más bien hay un argumento político".
Consultada al respecto, Patricia Salinas, madre de Hans Niemeyer, dijo ayer que "estoy muy afectada. No era lo que esperábamos. Me parece una desproporción enorme".
Tras la lectura de sentencia, tanto el Ministerio Público como la defensa del condenado dijeron que analizarán el fallo antes de decidir si apelarán a la resolución. Para esto tienen un plazo legal de 10 días.