Escuela Militar, diciembre del 2006. El joven capitán Augusto Pinochet Molina se instala frente a un micrófono y lee un polémico discurso en honor a su abuelo, el general Augusto Pinochet Ugarte, recién fallecido.
La alocución se sale del protocolo de Estado, pues premunido de su uniforme de Ejército, profundiza en honduras no resueltas. Un pasaje de su disertación: "La batalla más dura fue su vejez, ver cómo su mujer y familia eran vejados por jueces que buscaban más renombre que justicia".
Así, el nieto del general que gobernó Chile durante 17 años, firmaba la sentencia a su carrera militar: a las horas fue dado de baja ante el fastidio de las autoridades del primer gobierno de Michelle Bachelet.
En contraparte, Pinochet Molina dio curso a sus inquietudes políticas, que se tradujeron en la creación del movimiento "Por mi Patria", que espera constituir formalmente en partido político en las próximas semanas.
Integrantes de la directiva del referente -que se nutre de ex miembros del Movimiento Unitario Nacional, liderado por el ex senador designado Jorge Martínez Busch y algunos ex militantes desencantados de la UDI- destacan que aunque el camino ha sido largo, antes de que finalice noviembre se debiesen incribir en los registros del Servel.
"Ahora sí están las condiciones políticas. Hay una crítica transversal a la clase política", explica el vicepresidente del movimiento, Eduardo Toledo.
El proceso de inscripción coincidiría con el acto que preparan para homenajear la figura del ex general Pinochet, con motivo de su natalicio número 99 (25 de noviembre). Después, la idea es abocarse a la búsqueda y formación de candidatos para las parlamentarias de 2017.
IDEARIO
En asuntos valóricos, los miembros de "Por mi patria" se declaran contrarios al matrimonio homosexual. Sin embargo, dicen apoyar el proyecto de Acuerdo de Vida en Pareja que permite regular relaciones de hecho de parejas hetero y homosexuales y que ser aprobado por el Senado, se tramita en la Cámara de Diputados.
Y aunque también se manifiestan como opositores a la legalización del consumo de la marihuana, sí están dispuestos a permitirlo para fines medicinales.
Asimismo, respecto del debate que se ha instalado en torno al aborto, declaran que no tienen problemas en permitir la interrupción del embarazo por razones terapéuticas, alternativa que, paradojicamente, fue penalizada en el ocaso del régimen militar.
"Las leyes no pueden ser las mismas que existían en los años 50 o 80 (...) Podemos considerar caso a caso mediante el aborto terapéutico", afirma Stefani Landeros, integrante del comité político.
Frente a las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el régimen militar, los miembros de "Por mi Patria" niegan que éstas haya obedecido a una política de Estado. "Fueron hechos puntuales. De lo contrario, la cantidad de víctimas sería superior", sostiene Diego Bruna, junto con insistir en la necesidad de una revisión de las causas y alcances del Golpe.
Desde el movimiento, también acusan una "ingratitud" de la UDI por alejarse de la "herencia política" de Pinochet y su régimen. "La gran mayoría de la UDI desconoce que apoyó, participó y se benefició del gobierno militar. Ese desconocimiento no me parece correcto, por eso dejé de militar con ellos", dice Stefani Landeros.