El monte Fuji, uno de los mayores volcanes del mundo y el punto más alto del archipiélago japonés, presenta aún zonas cubiertas por hasta dos metros de nieve, a un día del inicio de la temporada de escalada, informó ayer la agencia local Kyodo.
El Fujiyama, con sus 3.776 metros de altura, es el destino de miles de peregrinos que, en su mayoría, realizan el ascenso hasta la cima en los meses de julio y agosto, debido a las difíciles condiciones climatológicas que presenta este volcán el resto del año.
La forma más frecuente de subir el monte es llegar por la tarde a alguno de los refugios que ofrecen alojamiento a lo largo de la montaña para dormir unas horas y ascender durante la madrugada para observar el amanecer desde el punto más alto.
Sin embargo hay gente subiendo durante toda la jornada, por la mañana o por la noche.
La montaña cuenta con diez estaciones distribuidas a diferentes niveles, desde las que se puede iniciar el ascenso, que si se comienza a media altura entre el nivel del mar y la cima, suele llevar entre cuatro y siete horas.
El pasado verano se alcanzó el récord de visitantes que subió al Fuji, por lo que surgió la idea de limitar el número de alpinistas por día.
La ascensión del Fujisan, según el tratamiento que los japoneses dedican a su venerada montaña, es posible para cualquier persona medianamente en forma durante los meses de verano, pero el resto del año las bajas temperaturas y el hielo convierten la travesía en todo un reto, sólo apto para los más preparados.
El Fuji, volcán dormido desde hace más de 300 años, domina con su forma cónica la isla de Honshu, la principal de Japón, y está situado a unos 100 kilómetros al oeste de Tokio en las provincias de Yamanashi y Shizuoka.