La sociedad civil nigeriana pidió a su gobierno que encuentre soluciones a problemas de seguridad que empeoran, un día después de los atentados contra iglesias católicas que dejaron 40 muertos.

El grupo de islamistas radicales Boko Haram asumió la autoría de los ataques, pero resulta difícil verificar si realmente el ataque fue perpetrado por esta secta. Un presunto vocero de los radicales dijo que el ataque fue llevado a cabo en represalia por las muertes de sus correligionarios durante festividades musulmanes.

"Ya es hora de que el gobierno encuentre una solución duradera a esta crisis antes de que acabe con todos nosotros", dijo Mike Agbo, que lideraba la manifestación pacífica de un grupo cristiano en Abuja.

El activista pidió una "cumbre de seguridad urgente, que incluya a todos los líderes religiosos y de opinión, así como los jefes de seguridad", para afrontar la situación.

Nigeria es el país más poblado de Africa con 160 millones de habitantes, dividido entre la mayoría musulmana del norte y el sur, predominantemente cristiano. A pesar de la riqueza del petróleo, la corrupción y la mala gestión ha conducido a que numerosos nigerianos vivan en la absoluta pobreza.

Las tensiones étnicas y religiosas han ido creciendo en los últimos años y cientos de personas han muerto. En las Navidades del año pasado murieron 80 personas también en ataques contra católicos.

Los ataques en Nigeria el día de Navidad han sido condenados por la comunidad Internacional. En el Vaticano el papa Benedicto XVI se mostró hoy "profundamente entristecido" por los "aburdos" ataques y recordó que "muchos cristianos en diferentes partes del mundo están expuestos a persecuciones y a veces también al martirio".