El magro noveno puesto de Fernando Alonso en el GP de China provocó una sentencia unánime: el piloto español no tiene culpa, pero sí Ferrari, que no le da un auto competitivo.
Niki Lauda, ex campeón de Fórmula Uno, escribió en El País que Alonso "no puede hacer nada con una Ferrari que no funciona para nada... Alonso es hoy el símbolo de la impotencia: sigue siendo el mejor de la Fórmula Uno y el que tiene más experiencia, pero esto no le está sirviendo en absoluto, porque el auto que maneja no está a la altura de las performances de la mitad de los que largan cada Gran Premio".
Stefano Domenicali, manager del equipo italiano, absolvió a Alonso: "Nuestro auto no es veloz y este límite, como otros, lo debemos solucionar en poquísimo tiempo. Estoy descontento y espero una reacción rápida de la escudería para reencontrar competitividad".
Alonso tuvo un buen inicio de temporada, que le permitió ganar la segunda prueba, en Malasia.