Benito Floro necesitaba con urgencia un centrodelantero para su nueva aventura en Liga Deportiva Alajuelense, uno de los equipos más importantes de Costa Rica. En esa búsqueda estaba cuando le acercaron videos de Nino Rojas, un corpulento delantero chileno, apodado el Portaviones del Maule, y que durante sus 29 años de vida destacó en más clubes de Primera B. Su última temporada la pasó en Rangers.
Lo que el ex técnico de Real Madrid observó le dejó una buena sensación, por lo que decidió contactar a uno de sus pupilos más importantes: Iván Zamorano. Bam Bam sería el puente entre el español y el goleador. "Mi representante mandó acá unos videos, porque estaban necesitando a un delantero grandote como yo. Como Benito tuvo a Iván en el Real Madrid, le preguntó si me conocía. Le dijo que no, pero comenzó a hacer los contactos para ubicarme. Se consiguió mi número con Gerardo Herrera del CDF y ahí me llamó. Luego, fueron unos amigos suyos a verme jugar contra San Felipe y Coquimbo y quedaron bien contentos", cuenta el delantero de 1,90 metros y 88 kilos.
"Afortunadamente mantenemos contacto con Benito Floro desde que jugué en el Real Madrid. Y cuando él llega a Costa Rica se da cuenta de que necesitaba un jugador con las características parecidas a las que yo tenía; un jugador netamente de área, de buen cabezazo y que en términos de equipo sea muy solidario. Y a él le habían hablado de dos o tres jugadores, así que me interioricé un poco. Me hablaron de Nino y llamé a un par de amigos que conocían de la Segunda División. Luego lo llamé a él y me pareció que era el hombre indicado para complacer las necesidades que tenía Benito en la cancha", complementa Zamorano.
"Iván me preguntó si quería venir a Costa Rica y obviamente le dije que sí. En tres días se cerró la operación y firmé por un año", añade Rojas, quien pasó de estar peleándola en el Ascenso con lo justo, a cambiar su Talca natal por Alajuela, una ciudad de casi 900 mil habitantes y de clima tropical: "Fue muy inesperado todo, no tenía pensado que a los 29 años me iba a tocar llegar a un equipo grande, muy serio y con todas las comodidades. Es un desafío que me tiene muy contento y me lo tomo con el máximo profesionalismo".
El primer cara a cara con Floro dejó con gratas sensaciones al chileno, quien debe presentarse a las prácticas a las 6.30, producto del fuerte sol que impera en la ciudad. "Me resalta bastante las cualidades. Sus trabajos son bastante fuertes y no estaba tan acostumbrado, pero llegué con muy buenas mediciones físicas y he respondido, a tal punto que soy el único refuerzo titular. Le pude responder con un gol", apunta.
En ese sentido, el DT español no ha dudado en evocar a Bam Bam. "Me dijo que Iván era un guerrero siempre y que jamás va a olvidar su espíritu de lucha. A mí me dice que tengo mucha entrega y me pide que contagie a mis compañeros", afirma el ex atacante de Temuco, Cobreloa, Concepción, La Calera y Puerto Montt, entre otros equipos, quien remarca las cualidades humanas de su nuevo jefe: "Es un caballero, es una especie de sicólogo. También me recuerda mucho a Gerardo Silva, quien me dirigió en Copiapó, donde ascendimos a Primera B, y luego en Puerto Montt".
En la cancha, la respuesta fue inmediata. El fin de semana pasado anotó su primer gol, en el empate 1-1 frente a San Carlos. Ese día ocurrió un hecho muy curioso, ya que antes del puntapié inicial fue homenajeado Juan Ulloa, uno de los artilleros históricos del club. El ex futbolista de 82 años no aguantó la emoción y falleció de un ataque al corazón, minutos después del agasajo. "Al otro día fuimos a darle el pésame a la familia y estuvimos en el funeral", relata Rojas, a quien bautizaron Nino por culpa de su padre. "Mi papá se llama Bernardino, pero todos en el fútbol amateur donde fue goleador nacional y regional, lo conocen como Nino. No encontró nada mejor que ponerme Nino".
Gracias a su tanto, en el que incluso se sacó al arquero rival, el atacante ha recibido muchos halagos. "Salí en los diarios, en la tele. He dado muchas entrevistas y la gente me reconoce. Lo comparo un poco con lo que viví en Puerto Montt, donde la gente es muy cálida. Acá todos me dicen 'chilenito'", dice.
Además, su nuevo padrino no escondió el orgullo por la primera conquista del talquino. "Iván me mandó por WhatsApp el video de mi gol y me dijo que estaba muy contento y que tenía que seguir dejando bien parado el nombre del país", relata el artillero.
Y Zamorano no esconde la alegría que siente por su ahijado futbolístico. "Llegó a Costa Rica y demostró con creces que es un gran profesional. Tiene 29 años y tiene súper claras sus metas y objetivos. Lo más importante es que ha andado muy bien y yo creo que el profe está muy contento con él. Va a hacer muchos goles, porque las características del equipo son ideales para que Nino en el área utilice su mejor fortaleza, que es el remate de cabeza. Aquí hay un mérito exclusivo de su profesionalismo y su calidad humana. Ojalá le sigan saliendo bien las cosas", expresa.
Mientras espera a su familia, que llega la próxima semana, Nino reflexiona sobre su gran presente: "Me merecía una oportunidad así en mi carrera. Me siento afortunado, porque me costó mucho llegar aquí y no quiero desaprovechar la posibilidad. Tengo contrato por un año y el profe por tres y depende de mí seguir por más tiempo y consolidarme aquí".