Por primera vez en 4 millones de años el nivel de dióxido de carbono (CO2) llegó al nivel más alto en la Antártica, superando las 400 partes por millón (ppm), según las mediciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
De acuerdo al organismo internacional, el Polo Sur es el último lugar en la Tierra que confirma la tendencia al alza de CO2, recibiendo el impacto de las emisiones por consumo de combustibles fósiles, principal impulsor de la contaminación por gases de efecto invernadero.
Pieter Tans, uno de los científicos que investiga el efecto invernadero en la NOAA, "el hemisferio sur fue el último lugar en la Tierra donde el CO2 no había alcanzado esta marca", agregando que "los niveles globales de CO2 no volverán a valores bajo los 400 ppm en nuestras vidas, y casi con seguridad durante mucho tiempo más".
El promedio de dióxido de carbono global llegó en 2015 a las 399 ppm, y con la marca alcanzada en la Antártica se estima que casi con seguridad en 2016 se superarán las 400 ppm.
Según la NOAA, parte del aumento en el calentamiento global del año pasado fue atribuible a El Niño, el calentamiento cíclico del Océano Pacífico que produce las condiciones meteorológicas extremas en todo el mundo, haciendo que los ecosistemas terrestres pierdan CO2 almacenado a través de los incendios forestales, sequías y olas de calor.
"Sabemos por la abundante evidencia sólida y que el aumento de CO2 se debe en su totalidad por las actividades humanas", indicó Pieter Tans, puntualizando que "dado que las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles han estado en un nivel récord durante los últimos años, la tasa de aumento de CO2 también ha estado a un nivel récord. Y sabemos que en alguna medida permanecerá en la atmósfera durante miles de años".