En el salón Montt-Varas de La Moneda, donde la Presidenta Michelle Bachelet promulgó la reforma que modifica la fecha de la cuenta pública -del 21 de mayo al 1 de junio-, coincidieron ayer el ministro del Interior, Mario Fernández, y los timoneles oficialistas Ernesto Velasco (PR) y Alvaro Elizalde (PS).

El encuentro -que se produjo previo a la ceremonia de la Mandataria- dio paso para un diálogo informal entre el jefe de gabinete y los dirigentes.

Según quienes supieron de la conversación, se le hizo ver a Fernández el malestar de los partidos por la intervención que el sábado pasado hizo el intendente de Santiago, Claudio Orrego, en la Junta Nacional de la DC, instancia que ese día resolvió llegar con Carolina Goic a primera vuelta presidencial, echando por tierra las primarias de la Nueva Mayoría.

Ante la Junta de la DC, Orrego respaldó la competencia de Goic en noviembre, generando molestia en el resto de los partidos de la Nueva Mayoría.

Quienes supieron del encuentro de ayer entre los timoneles y el ministro afirman que Fernández explicó a los dirigentes que él mismo, previo a la Junta, había contactado a ministros y subsecretarios advirtiéndoles que podían asistir al cónclave de la DC, pero que no podían fijar posturas.

El diálogo con el jefe de gabinete dio paso para que desde los partidos expusieran también otras inquietudes, entre ellas, cómo se llevará adelante la relación de las colectividades con el gobierno y su agenda ahora que el oficialismo cuenta con dos candidatos presidenciales: Goic y Alejandro Guillier, apoyado por el PS-PR y a quien en las próximas semanas proclamarán el PC y el PPD.

En los partidos reconocen cierto temor porque la DC pueda desmarcarse de la agenda del gobierno.

De hecho, no pasó desapercibido que Goic fuera la única timonel de partido que no asistió ayer a La Moneda para la actividad de la Presidenta. A la misma hora, la senadora se reunió con vecinos afectados por la paralización en la construcción del Hospital Sótero de Río.

Así, tras la ceremonia en La Moneda, los partidos pidieron al gobierno ejercer un rol ordenador y mantener la prescindencia en la campaña.

"El gobierno debiera citar una reunión en estos días con los partidos para ver las nuevas reglas del juego para la campaña y para temas legislativos y de gobernanza. La Moneda tiene que citar a los presidentes de partido para que discutamos cómo vamos a continuar de aquí al 11 de marzo del próximo año", dijo el líder del PPD, Gonzalo Navarrete.

En una línea similar, Velasco planteó a La Tercera que "lo relevante es que el gobierno haga una propuesta sobre cómo deberíamos relacionarnos los partidos y los parlamentarios en un nuevo esquema, que es bastante anómalo: nunca habíamos tenido, en una coalición, dos candidatos presidenciales. Por lo tanto, lo que hay que buscar es una agenda político-legislativa ordenadora". Y agregó que "tener candidatos presidenciales distintos con la DC marca un punto de identidad y énfasis programático que pueden no converger", por lo que pidió también "prescindencia" al Ejecutivo.

Llamado del gobierno

Bajo ese cuadro, ayer el gobierno mostró disposición para replantear el modo de trabajo con los partidos, considerando el inédito escenario de contar con dos abanderados a La Moneda.

"El gobierno está centrado en seguir adelante haciendo su tarea, y eso es gobernar hasta el último día. Pero también tenemos toda la disposición para que en este nuevo escenario que estamos enfrentando reorganicemos la manera de trabajar. El gobierno tiene esa disposición positiva a generar instancias de conversación con los partidos de la coalición", dijo durante la tarde la vocera de gobierno, Paula Narváez.

Mientras, la Presidenta Bachelet abordó ayer por segunda vez en menos de una semana el panorama electoral.

La Jefa de Estado enfatizó en la importancia de dar continuidad a las reformas y pidió a los abanderados "comprometerse con ideas concretas que permitan mejorar la vida".

El lunes pasado, además, los ministros políticos habían sostenido una reunión extraordinaria en La Moneda, tras la cual difundieron una declaración en la que piden "respeto" entre las cartas oficialistas, en medio del temor a una desorden en el conglomerado.