Si nos referimos a la gimnasia nacional, existe una voz más que autorizada para hablar sobre la difícil situación federativa de esta disciplina: Tomás González. El deportista, quien se recupera de una lesión sufrida en la Copa del Mundo de Bulgaría en 2015 y que lo hizo competir con dos tornillos en su peroné y tibia en los Juegos Olímpicos pasados, se metió de lleno en temas dirigenciales dado su "amor por la disciplina" y la compleja deuda que heredó la administración anterior. Esto, ya que el último ciclo federativo, al mando de Eduardo Bahamonde, dejó una deuda cercana a los 100 millones de pesos, según indicó el presidente del Comité Olímpico de Chile (COCh), Neven Illic, en una entrevista con La Tercera, en diciembre pasado.

Como consecuencia de la deuda financiera y la inexistencia de un programa de trabajo, se le solicitó la renuncia al dirigente y, a partir de allí, la gimnasia nacional continúa sin un rumbo exitoso en materia administrativa. El pasado 19 de diciembre, en una asamblea extraordinaria, se votó si se acordaba tener como nuevo presidente a Tomás González y a su equipo. Trece de los 21 clubes a lo largo del país se opusieron, por lo que el gimnasta no pudo constituir el directorio, como era el deseo también del presidente del Comité Olímpico. Frente a ello, el deportista aseguraba que insitiría en su idea y que trabajaría arduamente para que el COCh se decidiera a ratificarlo bajo los estatutos de la nueva orgánica.

En la antesala de la reunión de hoy, en el Centro Nacional de Entrenamiento Olímpico (CEO), donde se intentará constituir una alternativa a la federación que impulsa, González hace una pausa en su recuperación y se refiere a sus motivaciones y los objetivos que tiene en mente para liderar los cambios en la cuestionada entidad deportiva. No acudirá al acto. Guarda reposo en cama de una ruptura sindesmal del tobillo izquierdo de la que fue la semana pasada intervenido.

¿Cómo surgió la idea de ser presidente de la Federación?

En noviembre recibí una llamada telefónica. Era Neven Illic invitándome a participar de la conformación de una nueva federación. Me motivó que haya sido él, ya que su experiencia lo respalda. Tiene tres procesos olímpicos en el cuerpo y lleva 12 años en el Comité. Además, yo ya me estaba aburriendo de las problemáticas que surgían en cada ciclo dirigencial. A una, ya le había tocado cerrar la federación y a la anterior, que comenzó desde cero, terminó con una deuda de 100 millones. Entonces, con mi equipo de trabajo, nos dimos cuenta de que podíamos resurgir la gimnasia chilena, porque conocemos muy de cerca las reales carencias que tienen los deportistas.

¿Tenía conocimiento de la deuda que tenía la federación anterior?

Sí, yo sabía de las deudas que tenía la federación anterior. También sabía que el antiguo directorio asumió y se comprometió a saldar la deuda de 100 millones. Es negativo tener problemas financieros, porque impide un buen progreso. Lógicamente que en la administración pasada no hubo una buena gestión y por eso se decidió cerrar la federación. Si no tienes recursos, no existe un desarrollo óptimo a lo largo del país.

Si usted estaba al tanto de la deuda y de los problemas administrativos, ¿por qué no actuó en ese momento?

¿Por qué yo? Yo me encontraba preparando los Juegos Olímpicos y la verdad es que no me sentí identificado con esa federación. Ahora, una de mis motivaciones es formar una para que los gimnastas sientan un apoyo y una guía para poder desarrollar su carrera.

¿Qué le pareció el rechazo que tuvo el pasado 19 de diciembre a la opción de que usted fuera el nuevo presidente?

En la asamblea donde ocurrió esto, me di cuenta de que existen personas que tienen intereses individuales. Había una misma persona que votaba por tres clubes distintos. La verdad es que nosotros no estamos dejando a nadie afuera, pero ya presentamos nuestro equipo de trabajo al directorio.

¿Cuáles son los mayores objetivos que tiene su equipo de trabajo?

El principal objetivo es acercarnos a los clubes y asesorarlos en temas de autogestión para que consigan financimientos, a través de fondos regionales. En muchas ocasiones no se tienen conocimientos sobre estos temas de cómo funcionan y de qué manera se pueden obtener. Nos parece primordial potenciar cada club. Y, por otra parte, ya estamos trabajando con un equipo administrativo súper eficiente, con el objetivo de alcanzar un desarrollo a nivel nacional de la gimnasia.

¿Qué espera de la reunión de este viernes?

Estamos cien por ciento enfocados en lo nuestro y me parece bien que existan otros clubes que quieran crear otra federación, están en todo su derecho. Pero desde nuestro lado, estamos convencidos de que tenemos la mejor disposición para trabajar con toda la gente de la gimnasia y, de esta forma, vamos a lograr que mejore nuestro sistema federativo en todo el país.

¿Sería un fracaso no ser reconocido por el Comité Olímpico como federación oficial?

La verdad es que no, para nada. Sabemos que si logramos realizar un buen trabajo y conseguimos la afiliación de varios clubes, podemos alcanzar nuestros objetivos. También tenemos claro que el Comité Olímpico cuenta con todo nuestro compromiso profesional para el desarrollo de la disciplina.

¿Se puede compatibilizar ser un deportista activo con las funciones dirigenciales?

No hay nada que me imposibilite hacer estas dos funciones. Es más, te doy un ejemplo. En 2012 el búlgaro Jordan Jovchev, siendo presidente de su federación, alcanzó la final en anillos de los Juegos.

Claro, pero siempre decidirá a su propio favor.

Yo no estoy acá para beneficiarme a mí mismo, sino que busco el desarrollo de la gimnasia a nivel nacional.