El jueves por la noche, molestos por la demora en la respuesta por parte de la Federación Chilena de Automovilismo, Luis Ignacio, Gerardo y Emilio Rosselot, además de Jordi Serón y Jorge Martínez padre e hijo, decidieron presionar anunciando que no participarían de la próxima fecha del campeonato, en Valparaíso, entre el 12 y 13 de septiembre.
La autoridad tomó nota y hoy temprano salió a contestar lo que los rebeldes de la categoría N4 exigían. Claro que no fue lo que ellos esperaban.
La Federación, en conjunto con la Comisión Nacional de Rally, determinó que la serie de supuestas irregularidades cometidas en las revisiones técnicas al auto de Daniel Mas en las últimas tres carreras no ameritaban cambios en sus informes técnicos, por lo que no habrá sanciones para el líder de la categoría mayor del campeonato nacional.
Los tres puntos que reclamaban los disidentes y que motivaron sus retiros, además de los de Eliseo Salazar y Andrea Gabutti, tras la jornada inaugural del Rally de Concepción, eran que Mas contaba con parachoques antirreglamentarios, que en la fecha de La Serena se negó a abrir completamente el turbo de su vehículo, aduciendo el alto costo del proceso de posterior armado, y que en la Octava Región se le había permitido llegar con 27 minutos de atraso al Parque Cerrado.
El organismo observó que el reglamento Codasur (Confederación Sudamericana) permite estas anomalías en los parachoques, que el revisor aprobó sellar el turbo hasta la siguiente carrera y que se había avisado que el atraso no penalizaba al final de la primera etapa en Concepción, autorización que se entregó debido a un accidente de tránsito en la zona de competencia.