El terremoto de febrero de 2010 dejó en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico, del que dependen servicios básicos como el agua potable o la telefonía. Tres años más tarde, el Centro de Despacho Económico de Carga (CDEC), entidad encargada de la transmisión de las centrales de generación eléctrica de la zona centro-sur del país, completó una serie de mejoras para enfrentar en buen pie un potencial black out o apagón.
El director y presidente saliente del CDEC, Juan Carlos Olmedo, dice que la entidad invirtió más de US$ 3 millones en mejorar el sistema Scada, que permite supervisar a distancia la operación de la red eléctrica y da las herramientas para tomar las acciones correctivas necesarias para recuperar el suministro.
Este programa también tuvo problemas en el apagón de septiembre de 2011. Si bien la falla central estuvo en un transformador en la subestación Ancoa, el sistema no operó en esa oportunidad y la recuperación del suministro se tuvo que hacer de manera manual.
Olmedo reconoce que era un modelo antiguo, poco robusto, sin un equipo de respaldo de alimentación eléctrica que asegurara la continuidad operativa. Hoy, el nuevo mecanismo, implementado por la multinacional ABB, está en marcha blanca y esperan inaugurarlo en el primer cuarto de 2014.
Pero la modernización del organismo va más allá. Hoy existen 18 despachadores de centrales de energía; siete llegaron este año. Los ingenieros trabajan en turnos de ocho horas para supervisar un sistema que funciona las 24 horas y los 365 días del año. Además, se está avanzando en un Plan de Defensa de Contingencias Extremas, cuya misión es mitigar los efectos de potenciales perturbaciones que impidan la correcta inyección de energía hacia los centros de consumo.
Olmedo asegura que aunque no puede garantizar en un 100% que no vayan a ocurrir nuevos apagones, "las consecuencias tienen que ser las mínimas. Ahora vamos a tener información en forma oportuna y también autonomía en la operación, lo que permite reaccionar más rápido", precisa.
También el próximo año se implementará el área de Planificación y Desarrollo, una unidad de monitoreo constante de las necesidades de transmisión de energía. "La idea es tener una sensación más clara de cuáles son las necesidades de transmisión. Creemos que es indispensable que haya un ente que haga prospectivas de cuáles son esas necesidades", explica.
Este nuevo trabajo, detalla Olmedo, complementará el estudio anual que hace el CDEC para el desarrollo del sistema de transmisión troncal de energía, recomendación que se entrega cada cuatro años y que distingue las inversiones que son necesarias para llamar a una posterior licitación.
Para todos estos cambios, en total el CDEC ha invertido más de US$ 15 millones, cifra que es aportada por las empresas eléctricas que integran el organismo.
MAYOR INDEPENDENCIA
El 27/F mostró, además, debilidades en la información. Por ello, se decidió entregar una información más humanizada sobre el rol del CDEC. El proceso comenzó con la creación de un área de comunicaciones y se seguirá con la modernización de la página web.
También habrá cambios en la conformación del directorio, mesa que ahora quedará integrada por ejecutivos que no estén ligados a empresas eléctricas como ocurre hasta ahora. Además, habrá una reducción en el número de miembros. Hoy, la mesa está conformada por 11 personas que representan a las compañías generadoras, transmisoras y clientes libres, y en abril de 2014, cuando esté el nuevo directorio, el número llegará a cinco. Para la selección también se innovó y se contrató a Seminarium, head hunter que tendrá que entregar una terna a la mesa para la posterior votación.
"El sello es poder darle mayor independencia al directorio y que haya transparencia en la nominación de las ternas. Antes llegaba una lista, que podía tener las personas que quisieran y que eran propuestas por los directores. Este cambio apunta a la profesionalización", afirma.
Olmedo adelanta que en el CDEC se está trabajando para crear una entidad 2.0 que buscará, a la larga, estar al nivel de organismos encargados de la operatividad del sistema eléctrico como el que existe en Europa y Estados Unidos.