Investigadores de la Universidad de Gävle en Suecia y la Universidad Politécnica de Valencia en España revelaron un novedoso sistema se sensores aromáticos que podría en un futuro, ayudar a la industria alimenticia, la medicina e incluso a las investigaciones criminales. Esto, gracias a un dispositivo compuesto por 32 sensores que por ahora, sólo puede detectar el olor de una pera y una manzana, aunque de forma más eficaz que el sentido humano del olfato.

Un antecedente hollywoodense lo podemos encontrar en la película Ricky Ricón, donde el padre utiliza un artefacto similar para detectar bombas, chocolates y aromas de perfume.

El método consiste en utilizar pequeñas muestras de la fruta a analizar y luego inyectar un leve flujo de aire que será examinado por unos sensores compuestos por semiconductores de óxido de metal. Éstos se encargan de detectar compuestos aromáticos como el butano o metano y luego enviar los resultados a un software que recopila los datos en tiempo real en base a algoritmos que clasifican los olores y entregan una gráfica tridimensional que distingue a una pera y una manzana.

El estudio es parte de una investigación más amplia que involucra el desarrollo de sensores aún más complejos que puedan detectar sustancias volátiles, aunque José Pelegrí Sebastiá, uno de los investigadores, afirma que su uso práctico también puede relacionarse con el área vitivinícola, donde el aparato podrá distinguir la calidad o tipo de uva e incluso el año de envejecimiento de un vino.

Además, los científicos apuntan a la biomedicina como otro beneficiado con este invento, ya que teniendo en cuenta estudios que demuestran cómo los perros son capaces de detectar tumores cancerosos en base al aliento de una persona, la nariz electrónica podría detectar las sustancias que estos animales reconocen, pudiendo disgnosticar la enfermedad de un paciente antes de tiempo, aumentando sus posibilidades de sobrevivencia.

FUENTE: phys.org