La infanta Cristina, hija menor del rey Juan Carlos de España, respondió con "no lo recuerdo" o "no lo sé" a la mayor parte de las 400 preguntas que le hizo el juez cuando la interrogó el 8 de febrero como imputada bajo la sospecha de que haya cometido fraude fiscal y blanqueo de dinero.
La transcripción judicial de la declaración se filtró hoy a los medios españoles y en ella quedan patentes las evasivas de las que las acusaciones populares se quejaron ante la prensa el mismo día del interrogatorio ante el juez José Castro en Palma de Mallorca.
Hasta 182 veces respondió al magistrado "no lo sé", según contabilizó la edición online del diario El País. Otras 55 veces le dijo "no lo recuerdo" y 52, "lo desconozco".
La infanta, de 48 años y séptima en la línea de sucesión, está imputada en la causa por corrupción que protagoniza su marido, Iñaki Urdangarin, y que ha supuesto el peor golpe para la monarquía española en los 38 años de reinado de Juan Carlos.
El juez y el fiscal acusan al ex deportista de haberse apropiado de seis millones de euros de dinero público al frente del Instituto Nóos, una organización que supuestamente carecía de ánimo de lucro.
La infanta es sospechosa para el juez de fraude fiscal y blanqueo de dinero como copropietaria, al 50 por ciento con Urdangarin, de la empresa Aizoon, a la que se habría desviado gran parte del dinero presuntamente malversado.
En un momento de su declaración, la hija del rey de España se mostró ofendida por la pregunta del juez José Castro, que le inquiría si pudo haber sido utilizada por su marido sin ella saberlo. "No, ni me consta. Casi me ofende, señoría", le dijo.
La infanta se desvinculó ante el magistrado de los negocios de su marido, con el que aseguró que no habla "de negocios en casa". "Entré en Aizoon porque me lo pidió mi marido. Me pareció bien y acepté", dijo.
"Por ser hija del rey se me ha sometido a un escrutinio mayor", dijo también ante el magistrado que la imputó.
La declaración de la infanta el 8 de febrero fue un acontecimiento histórico en España, ya que era la primera vez que un familiar director del rey Juan Carlos era interrogado como imputado ante un juez en un proceso penal.