Una de las imágenes más recordadas de Carrie Fisher como Princesa Leia se dio a conocer en el "Episodio VI: El Regreso del Jedi". La actriz aparecía en la pantalla como la esclava de Jabba The Hutt, mientras se desarrollaba la batalla contra el imperio y el lado oscuro.
Esta Leia, recuerdo obligado para los fanáticos, se transformó en una molestia para Disney una vez que adquirieron la marca en 2012 por $4.050 millones de dólares. Todo comenzó cuando el reclamo de un padre salió a la luz.
En julio de 2015, Fred Hill llegó hasta una tienda en Deptford, Nueva Jersey, para comprar juguetes a sus hijas. Ahí se encontró con la figura de "Slave Leia", recomendada para niños mayores de 4 años. Las niñas, apenas vieron a la princesa, interrogaron al padre: "Ellas me preguntaban 'Papá, ¿por qué esta muñeca tiene una cadena alrededor de su cuello?' No tenía ninguna respuesta, me quedé impresionado mirando", reveló.
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Esta noticia llegó a oídos de Fisher meses después y, en entrevista con The Wall Street Journal, entregó una respuesta al padre, la que reveló tímidamente el descontento de la actriz con el atuendo: "¡Pues dile que un gusano gigante me capturó y me obligó a ponerme ese rídiculo vestido, y que después me lo cargué porque a mi no me gustaba".
Esto no dejaría indiferente a Disney, empresa que tiene los derechos de la saga ahora, con el relanzamiento de la franquicia por delante. Un mes antes del estreno del "Episodio VII: El despertar de la Fuerza", J. Scott Campbell, dibujante que trabajó en Star Wars, explicó en su facebook que "Disney ya está encaminada a borrar el traje de esclava de cualquier producto futuro. No verán ningún elemento de marketing que lleve el atuendo de esclava nunca más. Créanme".
Hoy en día, la figura sólo se puede encontrar por internet y en páginas desligadas de la oficial.
El consejo a la heredera
En 2016 se estrenó la séptima parte de la historia sobre la lucha entre la fuerza y el lado oscuro de la galaxia. Para esta, Disney rompió con lo que se realizó en las otras seis películas y puso a una mujer como la protagonista de la historia: Rey, encarnada por la actriz Daisy Ridley.
Carrie Fisher, ya con la polémica sobre el bikini instalada, escribió un mensaje para Ridley, advirtiéndola para que no pasen a llevar su personaje como lo hicieron con ella: "Tienes que luchar por mantener tu traje. No seas una esclava como yo lo fui. Sigue luchando contra ese traje de esclavitud", sentenció.