El premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, pidió hoy imponer un impuesto a las transacciones financieras para evitar el comportamiento disfuncional de los mercados y ayudar a pagar el daño de la crisis sobre los pobres.

"El sector financiero contaminó la economía global con activos tóxicos y ahora deben limpiarla", dijo el premio Nobel de Economía estadounidense en una rueda de prensa en el marco de la Asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Estambul (Turquía).

Stiglitz mencionó que ese impuesto debería cubrir todo tipo de activos y afirmó que la recaudación podría destinarse a ayudar a los países pobres que fueron las "víctimas inocentes" de la crisis.

Indicó además que a principios de este año Washington aprobó "en una hora" un paquete de estímulo de US$700.000 millones, el equivalente al total de ayuda externa global en una década, lo que invalida el argumento de que no hay dinero para el desarrollo.

"Lo que uno se pregunta es quién está más necesitado, los países en desarrollo o los banqueros estadounidenses", subrayó.

Indicó, por lo demás, que el nuevo motor de crecimiento global podría ser una "economía verde" con inversiones en energías renovables y negociación de emisiones de carbono, entre otras cosas.

Afirmó, también, que el sistema financiero de EEUU sigue en una situación "precaria" y afirmó que para "la mayoría" de estadounidenses la recesión no se ha acabado.

Insistió en que "se han reestructurado un número relativamente pequeño de hipotecas y el programa para reestructurarlas no ha funcionado muy bien".

Se refirió, además, a la "persistencia" de elevados niveles de desempleo, lo que en su opinión invalida la teoría oficial de que la recesión ha acabado.

"En la realidad, para la mayor parte de los estadounidenses la recesión no ha acabado", afirmó Stiglitz, quien recordó que la tasa de desempleo, en el 9,8%, sigue aumentando.

La teoría ampliamente aceptada es que la recuperación de los mercados laborales es posterior a la recuperación del crecimiento, una teoría con la que Stiglitz dijo estar de acuerdo, aunque insistió en que ese no es el asunto verdaderamente importante.

"Lo importante", según el Premio Nobel de Economía, es que si EEUU no crece a una tasa de al menos el 3,3% no será capaz de crear puestos de trabajo.

El FMI pronosticó esta semana que EEUU se contraerá un 2,7% este año y crecerá un 1,5% el que viene.

"Ese crecimiento no es lo suficientemente robusto", explicó el profesor de la Universidad de Columbia (Nueva York), quien destacó que las estadísticas de desempleo de EEUU "no dan una buena visión de lo que realmente está sucediendo".

"Si no estás buscando trabajo no estás desempleado, aunque el motivo sea que has dejado de buscarlo porque no hay empleos", afirmó.

Subrayó que "si aceptas un trabajo a media jornada tampoco estás desempleado".

Afirmó que un indicador más amplio que incluye a los que han dejado de buscar trabajo y a los que tienen empleo a media jornada muestra que la tasa de desempleo está en el 17%.

"La situación en el mercado laboral es realmente mala", dijo.

A eso hay que añadir, además, otro dato igualmente preocupante, el de que la mayoría de los estadounidenses afrontan esta crisis peor que la crisis anterior que tuvo lugar en el año 2000.

"Los ingresos medios de los hogares eran un cuatro por ciento más bajos en el 2007 que en el 2000", explicó Stiglitz, quien señaló que los estadounidenses fueron capaces de mantener su nivel de vida a fuerza de endeudamiento.

Pero, en su opinión, a partir de ahora tendrán que acostumbrarse a vivir "dentro de sus posibilidades" y no está claro todavía cuáles serán las repercusiones de eso para la economía global, que en los últimos años ha estado sustentada en gran medida por el inagotable apetito de los consumidores estadounidenses.

El economista recordó que esta crisis ha destruido el principal activo de los estadounidenses, la vivienda, que ha sufrido una fuerte depreciación.

Afirmó, por lo demás, que existe la teoría cada vez más extendida de que el dólar será incapaz de mantener su actual estatus de divisa reserva, y que conviene abrir una discusión multilateral sobre las alternativas.