La legendaria fama de "ciudad de la luz" de París pronto podría perder parte de su brillo.

La ministra de Energía y Medio Ambiente de Francia reveló la semana pasada una propuesta para que las luces internas y externas de comercios, oficinas y edificios públicos –comprendidos el emblemático local de Louis Vuitton y el cabaret Lido de la Avenue des Champs Élysées– permanezcan apagadas entre la 01:00 y las 07:00 a partir de julio. El plan, que se instrumentará en las ciudades y pueblos de Francia, apunta a ahorrar energía y dinero dando muestras de "sobriedad", dijo Delphine Batho.

La medida ha generado protestas por parte de los comerciantes, que dicen que el gobierno es insensible a la imagen de Francia como primer destino turístico mundial. Sostienen que la disposición, que se suma a la prohibición existente de abrir los comercios los domingos y de hacer compras por la noche, afectará al sector en momentos en que la economía francesa casi no ha crecido en un año y tiene el desempleo más alto en 14 años.

"¡Genial! Otro mensaje positivo para los ciudadanos y los turistas: ¡la ciudad estará a oscuras!" dijo Sofy Mulle, vicepresidenta del Consejo de Comercio de Francia, que representa a los 650.000 comerciantes del país, los cuales dan empleo a unos 3,5 millones de personas. "Estamos dispuestos a hacer esfuerzos, pero el gobierno recorre una delgada línea entre sobriedad y austeridad. Sin duda podemos encontrar soluciones positivas para el medio ambiente que tengan menos impacto en la sociedad y la economía".

Es probable que el plan del gobierno –cuyos últimos detalles se están ajustando- afecte la condición histórica de París de "La ville lumière", que la ciudad ganó tanto debido a su fama como centro de ideas durante el Iluminismo, como por su temprana adopción del alumbrado público.

UN PLAN DE SARKOZY

El gobierno socialista del presidente François Hollande, que fue elegido en mayo, impulsa la idea de apagar las luces, que ya se había analizado durante la gestión del ex presidente, Nicolas Sarkozy.

La idea de Sarkozy se inscribía en un plan europeo de mejorar un 20% la eficiencia energética para 2020. En enero, su gobierno aprobó una medida que entró en vigencia en julio y obligó a los comercios y empresas a apagar las luces de neón con su nombre –de las cuales hay 3,5 millones en Francia, según el Ministerio de Energía- entre la 01:00 y las 06:00.

"El plan original era absurdo: querían que se apagara todas las luces una hora después del cierre del local", dijo Claude Boulle, que está al frente de la asociación Comerciantes del Centro de la Ciudad.

Los comerciantes, incluidos Boulle y Mulle, dijeron que parte de su imagen reside en tener una constante iluminación, dado que eso transmite la idea de un lugar que siempre da la bienvenida a los compradores.

"Por otra parte, las luces de edificios y comercios forman parte de la iluminación pública y proporcionan seguridad", dijo Boulle. "A pesar de que no hay millones de personas caminando en mitad de la noche, la luz brinda seguridad a quienes lo hacen".

Más allá de la seguridad, Boulle dijo que el plan reduciría aun más el atractivo de París como destino de compras al comparársela con Londres, Madrid o Berlín.

"Nos estamos convirtiendo en un museo que se duerme al ponerse el sol", dijo.