Noruega, que es además vigente campeona del mundo y europea, conservó su título olímpico de balonmano femenino, derrotando a Montenegro por 26 a 23 (resultado al descanso: 13-10) en la final, este sábado en Londres.
Las noruegas se convierten en el tercer país en proclamarse campeón olímpico al menos dos veces de manera consecutiva, después de Corea del Sur (1988, 1992) y Dinamarca (1996, 2000 y 2004).
Las jugadoras montenegrinas aportan a su país, independiente desde 2006, la primera medalla olímpica de su historia, teniendo en cuenta todos los deportes.
Noruega será a partir de ahora doble campeona olímpica, que junto a sus vigentes títulos mundiales y europeos sitúan al país nórdico como dominador absoluto del balonmano de mujeres. Una superpotencia casi intocable.
En las noruegas brilló especialmente Linn Jorum Sulland, que firmó un partido espectacular en todos los aspectos del juego y que logró diez tantos, decisivos para la victoria de su equipo.
En el torneo olímpico de Londres no habían estado especialmente contundentes, pero en la final controlaron la situación desde el principio y nunca perdieron la calma, pese a que las combativas montenegrinas fueron una amenaza constante.