Debido a la caída de la demanda, los balleneros noruegos interrumpieron este año antes de lo previsto la caza de los mamíferos marinos, según informó hoy un portavoz de la Asociación de Pescadores en Tromso.

Desde comienzos de la temporada fueron cazadas 350 de la 885 ballenas enanas o rorcual aliblanco autorizadas. Pese a la suspensión, hay aún algunos casos aislados de captura frente a la costa sur de Noruega, dijo el portavoz.

Ya el año pasado los barcos balleneros habían utilizado sólo la mitad de la cuota de 1.052 cetáceos, porque no podían vender la carne.

Pese a la prohibición mundial vigente, los gobiernos de Oslo, de Islandia y Japón otorgan permisos para la caza, lo que ha generado fuertes protestas internacionales.

Las autoridades noruegas consideran suficiente la población de rocuales aliblancos en el Atlántico Norte y por eso la autorizan.

Actualmente se celebra en Madeira, Portugal, la 61 reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que analiza las posturas a favor y en contra de la caza de estos animales.