El número uno contra el número dos, el campeón de 2011 contra el de 2010, los dos mejores jugadores del momento: el serbio Novak Djokovic y el español Rafael Nadal lucharán por el Abierto de Estados Unidos, el último gran título de 2013.
El estadio Arthur Ashe será el escenario del último partido de Grand Slam de la temporada, que comenzará a las 17:00 horas de Chile (misma hora en Nueva York), un duelo que decidirá en gran medida quién de los dos jugadores terminará el año como número uno del mundo, pese a que Nadal está mejor posicionado.
El español buscará poner el broche de oro a una de las temporadas más sorprendentes de su carrera. Tras regresar en febrero a la competición después de siete meses de lesión, Nadal conquistó nueve títulos de 12 posibles y llega a la final en Nueva York habiendo perdido sólo tres partidos en 2013 e imbatido en cancha dura (21-0).
Pero Djokovic es Djokovic. Es el número uno, un guerrero sobre el cemento que ganó las últimas cuatro finales que jugó con Nadal en este tipo de superficies.
"Prefiero jugar contra otro, para ser honesto", dijo riéndose Nadal después de ganar al francés Richard Gasquet en semifinales. "Quiero jugar contra el que tenga más posibilidades".
"Va a estar al mil por mil. Esperemos que lo que venga del otro lado no sea ultrabrillante", añadió el español, que buscará su décimo tercer título de Grand Slam.
El de hoy será el trigésimo séptimo enfrentamiento entre los dos jugadores más dominadores del último lustro. Nunca antes dos tenistas se habían enfrentado en tantas ocasiones desde que comenzara la era abierta en 1968. Hasta hoy, el ya legendario duelo empataba con los 36 que disputaron Ivan Lendl y John McEnroe.
"Siempre jugamos partidos muy emocionantes. Este tipo de partidos son especiales. Incluso la final que perdí en Australia (2012)", recordó el español, que sólo perdió uno de los últimos seis partidos ante Djokovic.
"Sea cual sea, el cansancio no existe. Tienes que dejar todo ahí y por mí no va a quedar. Voy a pelear por llegar bien preparado mentalmente, físicamente y tenísticamente. Necesito unir esas tres cosas para tener opciones de victoria".
No le falta razón a Nadal. Ante el serbio hay que jugar el mejor tenis si se quiere ganar. Y más sobre el cemento, su escenario natural.
"La cancha dura es la más exitosa para mí. Puedo decir que es en la que me siento más cómodo y confiado", dijo Djokovic, consciente de que se enfrentará al mejor Nadal sobre cemento.
"No ha perdido un partido en todo el año y todos sabemos que no es su superficie favorita (...) Sufrió muchas lesiones en estas canchas, pero ahora está sano. Es el mejor jugador del momento, no tengo ninguna duda", añadió el serbio después de superar al suizo Stanislas Wawrinka en las semifinales.
"Jugar contra Nadal es siempre el mayor reto que puedes tener en nuestro deporte ahora mismo. Es el máximo competidor, lucha por cada pelota y está jugando el mejor tenis en cancha dura de su carrera", dijo Djokovic, a un paso de su séptimo Grand Slam.
Ausente en 2012, Nadal recortará 2.000 puntos en el ranking a Djokovic si gana el torneo, un título que le vendría acompañado de 3,6 millones de dólares. El serbio se aseguró salir de Nueva York con el número uno al clasificarse para la final, pero todo indica que será el español el que llegue a noviembre en lo más alto del escalafón.
"Está en una posición mejor ahora mismo, pero estoy luchando por ello. Tengo que jugar bien y ganar torneos para ser número uno".
Más de 20.000 personas acudirán mañana al estadio de tenis más grande del mundo para ver el mejor partido que puede ofrecer el deporte de la raqueta en este momento. Los 36 duelos anteriores dejaron momentos inolvidables y el trigésimo séptimo promete ser una nueva gran batalla.
"Son muchos los partidos, no puedo elegir uno sólo. La final de Roland Garros 2012 fue muy especial. Las Olimpiadas de semifinales fueron de las más especiales también...", dijo Nadal.
"Y en cuestión de nivel tenístico, creo que los dos primeros sets y parte del tercero de la semifinal de Roland Garros 2008 ha sido de las veces que he conseguido jugar realmente a un nivel más alto. Sentía en la pista que era muy difícil que pudiese perder el partido, de las pocas veces que he sentido eso contra Novak", agregó.