Es el novio, el "boy toy" de Madonna y uno de los favoritos de la prensa de farándula. El modelo Jesús Luz viene a Chile en el peak de sus 15 minutos de fama y sus credenciales quedan a la vista al revisar los medios durante estas últimas semanas: se publicó que iba a casarse con Madonna, que ella se espantó con la idea ("prefiero que me atropelle un tren a casarme de nuevo", le dijo la diva a David Letterman), que él se enojó y le habría dicho que quedó como "un perfecto imbécil" ante todos y que, en compensación, la cantante le regalaría  un departamento en Manhattan de US$ 3 millones.

Qué duda cabe: el brasileño de 22 años está aprovechando su noviazgo con la "Reina del Pop" y la constatación será su fugaz paso por Santiago: arribará el jueves 22 y esa misma tarde lanzará en el mall Alto Las Condes la tienda de la marca brasileña Colcci, de la que Giselle Bündchen es rostro, y Luz, modelo de la colección primavera-verano 2010.

Será una visita de 24 horas máximo, donde además de ser el invitado estrella de la marca orientada a hombres y mujeres mayores de 16 años, oficiará de DJ en la fiesta posterior al evento. Para demostrar lo que ha prendido como pinchadiscos: se dice que Madonna le regaló un equipo de US$ 50 mil para que ensayara esa faceta que quiere explotar en fiestas privadas.

APOYO GENEROSO
La cantante de Like a virgin ha sido su trampolín a la fama. Se conocieron en diciembre del año pasado, luego de que la diva realizara los dos shows en Santiago. Ella voló a Río de Janeiro, y en medio de su presentación allá, hizo una sesión fotográfica para la prestigiosa revista W. Jesús Luz, que entonces tenía 21 años, era uno de los  modelos que debían acompañar a la diva en las fotos. Fueron presentados por el fotógrafo Steven Klein tras la sesión. La química fue tan inmediata que luego fueron a una discoteca de Sao Paulo, después a un bar de esa misma ciudad y ella se lo llevó al resto de su gira y, finalmente, a Estados Unidos. "Somos amigos", decían ambos a los medios para explicar lo que parecía obvio. Y él trataba de definirse ante los medios de comunicación: "Soy un muchacho tranquilo. Crecí en Río y siempre me ha gustado la naturaleza, la playa y tratar bien mi cuerpo".

Desde entonces, Madonna lo ha apoyado generosamente, ha hablado con sus amigos más influyentes para considerarlo en las pasarelas y el apoyo surtió efecto: antes el brasileño cobraba 1.500 dólares por campaña,  pero ahora esa cifra no alcanza ni para pagar uno de los trajes que usa. Se convirtió en uno de los nuevos rostros masculinos de Dolce & Gabbana, a nivel continental es figura de Ona Sáez y de ropa interior Intimissimi, entre otras, y ha desfilado en Milán, fichó para Ford Models y, hoy por hoy, figura como uno de los modelos más cotizados.

Aunque ni él ni ella han hablado de la relación sentimental, se han dejado ver en diversas oportunidades. De vacaciones, bajo la nieve, en compañía de los hijos de ella y en la lectura del Cábala en Nueva York. Y el modelo no se hace problemas por lo que genera su relación con Madonna. "Nunca presto atención a lo que otros digan de mí, porque si yo dejo entrar lo negativo a mi vida, entonces no podría seguir mi camino", dijo en una entrevista. Con filosofía.