A seis meses de la crisis social que puso en jaque al gobierno de Enrique Peña Nieto, Omar García, compañero de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y sobreviviente de la matanza, dice a La Tercera que las familias siguen esperando el regreso de sus hijos. García, líder estudiantil de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa (Guerrero), cuenta que el único temor que tienen es la impunidad.
"Lo que a nosotros le temíamos desde el principio es a que este caso se quedara impune, que hubiera encubrimiento, que hubiera pues una simulación de búsqueda, una simulación de aplicación a la justicia... Es a lo que más le temíamos y fue lo que más denunciamos y fue lo primero que vimos en respuesta del gobierno", dice.
Estos hechos, en los que funcionarios públicos y narcotraficantes habrían participado conjuntamente, lo han puesto a usted como un personaje muy visible e incómodo para el gobierno ¿Cómo lo afecta esta situación?
Eso no debería preguntármelo a mí, debería preguntárselo a ellos (al gobierno), qué me van a dejar ser y hacer. Yo quisiera continuar con mi vida normal, pero estoy seguro que no me lo van a perdonar. Ahí donde nos encontremos después de que esto se calme es donde van a ir por nosotros y vestidos de sicarios o de otro tipo de personas para encubrir sus actos. Lo que más tememos es que a los padres los lleguen a tocar, pero bueno, también nos hemos preparado para estas circunstancias. Nosotros estamos dispuestos a enfrentar lo que venga, no nos da el menor temor porque ya los conocemos.
¿Cómo ha cambiado su vida?
Estando en esas circunstancias uno no puede echarse para atrás nunca y pues claro que me ha cambiado la vida, totalmente. Yo recuerdo cuando di mi primer testimonio a Telemundo, la primera declaración de que habían estado los militares, mi familia me regañó, me dijo que por qué no me cubrí por lo menos la cara...
¿La desaparición de sus compañeros el 26 de septiembre del año pasado lo sorprendió?
Nosotros como estudiantes ya sabíamos de la corrupción, que desaparecía gente, que se despojaba a los campesinos. La política aquí en México es un verdadero negocio para unos cuantos.
¿Lo ocurrido en Iguala empañó el proceso de reformas de Peña Nieto?
Después del 26 septiembre muchas de esas cosas se fueron destapando: llegaron hasta aparecer los escándalos de desvíos tremendos de recursos públicos y contratos de miembros del gabinete de la Presidencia con empresas no muy gratas y todo eso la gente no lo sabía.