A poco más de una semana de que Michelle Bachelet asuma su segunda administración, los líderes de la Nueva Mayoría activaron el debate respecto de la manera en que deben tramitarse las reformas comprometidas por el futuro gobierno.
Tres son los proyectos definidos por Bachelet como ejes de su segundo mandato -nueva Constitución, reforma tributaria y gratuidad en educación- y todos deben ser aprobados en el Congreso.
En los partidos de la Nueva Mayoría existe inquietud debido a que aún no conocen los pormenores de los proyectos de ley que -según lo han señalado las nuevas autoridades- debutarán en las primeras semanas de la nueva administración.
"Creo que es muy importante, por ejemplo, que se reanuden las reuniones de los ministros sectoriales con los parlamentarios de las comisiones correspondientes. Trabajar las minutas previas, escuchar un poco, todas esas cosas ayudan mucho", indicó el presidente del PS, Osvaldo Andrade, al ser consultado sobre el tema.
Las palabras del jefe del socialismo refuerzan una postura que cobra fuerza entre los dirigentes partidarios: socializar las iniciativas de ley con las colectividades antes de su ingreso al Parlamento.
De esta forma, comentan en la Nueva Mayoría, se evita la amplificación de las diferencias entre los partidos. También, los proyectos de ley llegarían al legislativo con un consenso previo, lo que reduciría espacio a la derecha al momento de negociar las iniciativas del gobierno.
"Se requiere diálogo permanente para evitar conflictos y solucionar aquellos que puedan producirse en el ámbito de la gestión política", señala el senador electo Felipe Harboe (PPD). "Lo que ha funcionado históricamente es la reunión de comités políticos, donde están los presidentes de los partidos de la coalición, más el comité político del gobierno. Eso permite coordinar las agendas", agregó quien asumirá la presidencia de la Comisión de Constitución en la Cámara Alta.
El diálogo previo de Palacio con los partidos del conglomerado antes del trámite legislativo es uno de los métodos estratégicos para enfrentarse a la que será la oposición al gobierno. Así lo grafica el senador Fulvio Rossi. "Cuando no se conversa un tema legislativo con tus aliados en el Congreso, se puede ver que haya diferencias que pudieron zanjarse antes y eso le da una ventaja a quienes se oponen a la iniciativa, en este caso, a la derecha", argumentó el jefe de la Comisión de Educación del Senado para el año legislativo entrante.
"Llegar con las cosas lo más amasaditas posible es mejor, es casi de sentido común", agrega Osvaldo Andrade, también coordinador de la Nueva Mayoría.
Desde hace semanas, en todo caso, un grupo de asesores junto a los ministros designados se encuentran trabajando en reserva en, al menos, los proyectos de reforma tributaria y de educación.
BITACORA EN CONSTRUCCION
"Por supuesto que debemos tener instancias formales, como el comité político con las bancadas parlamentarias", afirmó ayer a Reportajes el próximo ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
El designado jefe del gabinete de Bachelet respondió a una de las quejas más recurrentes al interior de la Nueva Mayoría: la escasa coordinación que tendría el equipo político de la mandataria con las colectividades, carencia que quedó expuesta durante la crisis de los subsecretarios renunciados -Claudia Peirano, Hugo Lara y Miguel Moreno- durante febrero.
Peñailillo, en todo caso, afirmó que aún no está definida la bitácora legislativa para las reformas estructurales. "La presidenta no nos ha comunicado el calendario de envío de proyectos", aseveró.