"Tenemos el mismo color de chaqueta. Estamos completamente alineados". La broma la lanzó ayer Ignacio Walker, refiriéndose al ministro del Interior, Jorge Burgos, quien estaba a su lado en la sala de reuniones de la Democracia Cristiana en el Congreso, en Valparaíso, antes de sostener una cita con todos los senadores de ese partido.
La frase refleja la preocupación instalada en un sector de la Nueva Mayoría tras el ajuste ministerial realizado por la Presidenta Michelle Bachelet y la llegada, precisamente, de un militante de la falange a la jefatura del gabinete.
En sectores del PS, el PPD y el PC existe una fuerte inquietud por este último factor y por las señales que dio el propio Burgos luego de asumir el cargo, al reafirmar su desacuerdo con una Asamblea Constituyente y al destacar la necesidad de actuar con "prudencia". Para el eje de izquierda del bloque oficialista aquellas definiciones y la sintonía del nuevo titular de Interior con su partido (la DC) podrían traer consigo un giro hacia el centro y una moderación del proceso de reformas. Esto, sumado a que la propia Bachelet hizo un llamado a sus ministros, el martes pasado, a implementar una lógica de "diálogos" y "acuerdos".
Así lo advirtieron el martes algunos diputados independientes, del PC y del PS. Estos últimos, además, solicitaron una reunión con Burgos para despejar estas dudas, la que podría concretarse el lunes.
El tema fue abordado ayer, durante el almuerzo de la bancada socialista. A esa cita asistieron varias autoridades de gobierno que militan en ese partido: el ministro vocero, Marcelo Díaz, y los subsecretarios Mahmud Aleuy (Interior), Patricia Silva (Segpres) y Francisco Díaz (Trabajo).
En el encuentro, los diputados formalizaron su preocupación por este escenario y pidieron a los representantes del Ejecutivo precisiones sobre lo que denominaron el "segundo tiempo" del gobierno.
Las mismas fuentes sostienen que fue el ministro Díaz el encargado de responder a esa inquietud e intentar refutar las versiones de quienes ven un intento por ralentizar y moderar las reformas estructurales.
Así, el ex embajador en Argentina les dijo que no existe un "giro" en la lógica de La Moneda ni una "moderación", asegurándoles que la decisión de Bachelet es continuar adelante con los cambios y que la reestructuración del equipo ministerial respondía a la necesidad de "retomar la agenda".
En ese sentido, según quienes estuvieron presentes, el secretario de Estado agregó que la única innovación estará en la búsqueda de acuerdos y en una mayor "interlocución" con las bancadas parlamentarias, especialmente de los ministros del comité político. Tras la cita, el diputado Fidel Espinoza (PS) dijo que "no vamos a permitir que se modifique el tenor de las reformas estructurales".
En este contexto, el presidente del PPD, Jaime Quintana, insistió ayer en las advertencias que ha lanzado en los últimos días. Consultado por el rol que debiera jugar Burgos como jefe de gabinete, el senador dijo que "aquí hay una partitura a interpretar, que es el programa de gobierno, y no hay espacio para solistas". Y agregó: "Yo no advierto ningún cambio de libreto por parte del gobierno. Que yo sepa, no está de vuelta la política de los consensos".
Desde el PC, el diputado Lautaro Carmoma afirmó que "hay un sólo gobierno, un sólo programa y una sola Presidenta, por lo que las características personales de ministros tendrán que subordinarse". Y desde el Partido Liberal, en tanto, el diputado Vlado Mirosevic añadió que "no hay margen para moderar las reformas o salir con reformas truchas".
Pese a ello, el diputado Matías Walker (DC) buscó marcar un fuerte contrapunto y señaló: "Todos sabían que lo que buscaba la Presidenta con la nominación del ministro Burgos era imprimirle un sello conciliador como jefe de gabinete. Ya no tenemos el 70% de apoyo ciudadano, tenemos un 30%. Es la hora de la humildad, de terminar con la soberbia".
En medio de este escenario, Burgos se reunirá hoy a las 16.00 con Ignacio Walker. Y antes, al mediodía, recibirá a los senadores del PS en La Moneda.
Preocupación educacional
Una inquietud similar manifestaron ayer desde algunas organizaciones civiles, especialmente por las nuevas etapas que debe seguir la reforma educacional que impulsa La Moneda.
El presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, dijo que "lo relevante no son las personas, sino que el programa comprometido, y la Presidenta dijo que el cambio de gabinete era para reforzar las reformas". El dirigente recalcó que esto "no debería significar un retraso en las reformas comprometidas, y este nuevo gabinete debe ser para empujar las reformas, porque se están acabando los tiempos políticos".
En la misma línea, el vocero de la Cones, Ricardo Paredes, sostuvo que "nosotros tenemos que asegurarnos de que la reforma en educación pública vaya en relación a los postulados del movimiento social", junto con señalar que "independientemente de quiénes sean los ministros, se requieren transformaciones profundas".