"La existencia de dos candidaturas presidenciales, y dos listas parlamentarias sin relación entre sí en la centroizquierda, es el resultado de nuestras debilidades (…). No somos ingenuos. Sabemos que una contienda presidencial sin acuerdos programáticos y electorales es el camino seguro a la derrota presidencial, a la pérdida de una mayoría por los cambios en el Congreso Nacional y en los consejos regionales".

Así reza uno de los párrafos de la carta que ayer, poco después del mediodía, comenzaron a socializar desde las bancadas de diputados de la Nueva Mayoría abogando públicamente por un entendimiento parlamentario al interior del oficialismo. Esto, pese a la convivencia de dos candidaturas presidenciales en el bloque: la de Carolina Goic representando a la DC y la de Alejandro Guillier, apoyado por el resto de los partidos.

La misiva fue firmada por 43 diputados y dada a conocer en una rueda de prensa en la que participaron representantes de todos los partidos: DC, PS, PPD, PC y el PR.

Si a primera vista la ofensiva fue leída por algunos como una presión a las mesas de las colectividades para generar un acuerdo entre la DC y los partidos "guillieristas", lo cierto es que la puesta en escena sólo vino a reflejar las intensas negociaciones que se vienen fraguando en las dos últimas semanas al interior del bloque.

Pese al discurso público de las mesas -en torno a que la elección presidencial ordena la discusión parlamentaria, excluyendo a la DC de la nómina oficialista-, los partidos ya habían iniciado una fase formal de negociación visada por las cúpulas y en las que ha tenido un rol central el presidente del Senado y ex presidente de la DC, Andrés Zaldívar.

El senador había sido designado personalmente por Goic -poco después de su nominación como abanderada-, para desplegar las gestiones en esa dirección. Diálogos que incluyen conversaciones con el propio Guillier, además de reuniones con los jefes de los partidos de la Nueva Mayoría y otros dirigentes.

El centro neurálgico de las tratativas ha sido la sede del Congreso en Santiago, donde Zaldívar se reunió con los dirigentes oficialistas anoche y la noche del martes. En esos encuentros -que se han desarrollado bajo estricta reserva- han participado el secretario general del PS Andrés Santander, el presidente del PPD Gonzalo Navarrete, el miembro del comité central del PC Juan Andrés Lagos, el DC Víctor Maldonado y el secretario general del PR y coordinador de la campaña de Guillier, Osvaldo Correa.

En todas las colectividades aseguran que la nueva fase de entendimiento está marcada también por las señales que venía dando el propio Guillier, con quien el senador DC se reunió en privado por más de una hora ayer, en Valparaíso.

Fue hace una semana, en el marco de una cena privada con diputados, que Guillier arrojó las primeras luces. Ahí, abogó por un entendimiento parlamentario, al margen del escenario presidencial. Una postura que ratificaría públicamente a partir de entonces y a lo largo de los últimos días.

A esas alturas, en el oficialismo se habían esparcido ampliamente cifras electorales -en base a distintas encuestas- que reflejan una "opción real" de ganar una eventual segunda vuelta presidencial frente a Sebastián Piñera. Los números que maneja el oficialismo, y que han estado sobre la mesa en las negociaciones, apuntan hoy a un 51% para el ex mandatario en el balotaje, frente a un 49% para el periodista.

Este escenario fue instalado hace dos semanas por la encuesta CEP, que reveló que en una segunda vuelta Piñera obtiene un 32,9% frente a un 28,7% de Guillier, con un 22,3% de personas que no votaría y 16,1% que no sabe o no contesta, es decir, una no tan abultada diferencia para el ex mandatario. "Los números ayudaron a cambiar el ánimo de los partidos", explicaban ayer en las colectividades.

Bajo ese cuadro, los análisis de las mismas cifras apuntan a la necesidad de la carta progresista de sumar, al menos, un "70%" de los votos de Goic en una segunda vuelta. Un escenario que obliga a los partidos a generar entendimientos previos a la primera vuelta y "amarrar" desde ya respaldos para el balotaje. Así, las negociaciones de los partidos han estado marcadas por cuatro ejes: gobernabilidad -se habla incluso de un nuevo nombre para la Nueva Mayoría, manteniendo su estructura-; compromiso de apoyo en segunda vuelta; área programática y el acuerdo parlamentario.

Sobre este último, las opciones están abiertas. Mientras algunos buscan acordar una sola lista como Nueva Mayoría, ha tomado fuerza la idea de formular dos listas como pacto, es decir, que uno de los partidos guillieristas comparta una lista con la DC. Lo anterior evitaría tener que "bajar" candidatos de la lista progresista.

El acuerdo, sin embargo, no está cerrado. Mientras en la DC hablan de dos semanas como plazo fatal para ver si prosperan las conversaciones que, sigilosamente se han fraguado durante junio, al interior de los propios partidos existen también disidentes al acuerdo parlamentario.b