Un extenso debate se produjo ayer en el hotel NH, en Providencia. Reunidos a puertas cerradas por más de cuatro horas, los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría y los ministros del comité político discutieron sobre la implementación del programa de gobierno y el futuro del actual bloque oficialista.
La cita había sido acordada para realizar un análisis político de largo plazo, más profundo que el que se hace en los habituales encuentros de los lunes en La Moneda. Así, en uno de los momentos, el timonel del PRSD, Ernesto Velasco, intervino para marcar un contraste con lo que ya habían planteado algunos de los secretarios de Estado, principalmente el titular del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Según los asistentes, Velasco manifestó que la concreción de las promesas de campaña no bastaba para lograr que la Nueva Mayoría pueda mantenerse vigente tras la administración de Michelle Bachelet, y menos aún para asegurar que el bloque continúe gobernando el país. Esto, luego que el jefe de gabinete pidiera a los dirigentes en la cita "orden" y "compromiso" para sacar adelante una serie de iniciativas del Ejecutivo de aquí al 31 de enero de 2015 y, de esa forma, provocar, como consecuencia, la continuidad del bloque.
Y es que habían sido varios los presidentes de partido que, momentos antes, hicieron un enérgico llamado para lograr la proyección del conglomerado, apelando explícitamente a las próximas elecciones municipales de octubre de 2016 como el primer paso para cumplir esa meta. "Esto no puede ser sólo por cuatro años", comentaron algunos de los presentes en el encuentro.
El debate se había instalado en el sector a pocos meses de iniciado el gobierno, cuando se discutió si el bloque es una "coalición" o un acuerdo político-programático para esta administración. La falta de acuerdo ha estado cruzada, además, por la evidencia de dos corrientes internas: la "refundacional", que apunta a cambios estructurales y de fondo, y la "reformista", que busca modificaciones graduales y dotadas de acuerdo. Los contrastes entre la primera -en la que se sitúa al PPD, PC y a sectores del PS- y la segunda -donde se identifica a la DC- tensionaron al bloque y repercutieron en las posiciones adoptadas en el Congreso. Incluso, tras la votación en la Cámara de la reforma educacional, el jefe de bancada DC, Matías Walker, cuestionó que la diputada Karol Cariola (PC) criticara duramente a quienes votaron en contra de penar el lucro con cárcel, entre quienes figuraban varios DC. "Las confianzas se van construyendo y se pueden ir debilitando, y eso se va notando y registrando para definir si la Nueva Mayoría se proyecta más allá de los cuatro años", había comentado el parlamentario.
Pese a eso, el líder de la DC, Ignacio Walker, se mostró en la reunión de ayer contrario a la tesis planteada hace algunas semanas por un aliado suyo al interior del partido: el ex diputado Gutenberg Martínez. El otrora líder de la colectividad había señalado que la Nueva Mayoría tiene "fecha de vencimiento", junto con cuestionar la situación en la que, a su juicio, se encuentra la DC al interior del bloque, acusando una "izquierdización" del sector.