Un nuevo caso de inmolación se registró en China.  Un monje tibetano de 40 años, Nyage Sonamdrugyu, murió al quemarse a lo bonzo en la provincia occidental de Qinghai, en el tercer caso que ocurre en lo que va de año y el decimoquinto desde 2011, informó hoy la agencia oficial Xinhua.

Sonamdrugyu se inmoló en una calle de la localidad de Gyumai, en la comarca de Darlag, destacaron las autoridades de la zona, fronteriza con la región autónoma del Tíbet.

Es la primera vez que se produce este tipo de incidente en Qinghai (provincia natal del actual Dalai Lama), ya que hasta ahora la mayoría de los casos ocurrieron en la vecina provincia de Sichuan, que marca la frontera oriental entre las áreas habitadas por tibetanos y las dominadas por la mayoría étnica de los han.

Un día antes se informó de la inmolación de otros dos monjes precisamente en Sichuan, donde uno de ellos, de 18 años, murió a consecuencia de las quemaduras, mientras que otro, de 22, se encuentra hospitalizado.

OLEADA

El exilio tibetano asegura que esta oleada de suicidios es un síntoma de la desesperación que los monjes viven por la represión china de la religión y la cultura en el Tíbet y áreas pobladas por esa etnia como Qinghai y Sichuan.

Muchos de los monjes gritaron consignas a favor del Dalai Lama o pidiendo la libertad para el Tíbet antes de intentar quitarse la vida, según grupos pro independencia de esa región.

El gobierno chino, por su parte, acusa a tales grupos independentistas de instigar estas inmolaciones, y señala que los que las practican no cumplen con los preceptos budistas que prohíben atentar contra la vida, incluida la de uno mismo.

China asegura que el Tíbet es desde hace siglos parte inseparable de su territorio, mientras que los tibetanos argumentan que la región fue durante mucho tiempo virtualmente independientemente hasta que fue ocupada por las tropas comunistas, en 1951.