El que fuera jefe del aparato logístico de ETA, Félix Ignacio Esparza Luri, sumó hoy una pena de 16 años de cárcel a las condenas de 19 y 17 años que le impuso con anterioridad el mismo Tribunal Correccional de París.
Esparza Luri, de 46 años, tendrá que cumplir de forma efectiva dos tercios de esta pena, en particular por su responsabilidad sobre un taller de explosivos y armas descubierto dos días después de su detención, y será expulsado definitivamente de Francia.
También, deberán abandonar territorio francés sus cinco subalternos de nacionalidad española, condenados también hoy, junto a dos franceses, a entre 3 y 15 años de reclusión por formar parte de la infraestructura etarra.
Las penas fueron algo inferiores a las solicitadas por el fiscal, Christophe Teissier, que había requerido entre 5 y 20 años tras subrayar que todos los acusados habían contribuido a "extender el terror en España a partir de Francia".
Esparza Luri quedó finalmente exculpado de tentativa de extorsión de fondos y de fabricación de explosivos, pero los magistrados le declararon culpable del resto de la quincena de cargos que pesaban sobre él, incluida la pertenencia a organización terrorista, la tenencia de explosivos y armas o el uso de dinero a sabiendas que procedía de extorsiones económicas (impuesto revolucionario).
Su arresto, el 2 de abril de 2004 en Saint Paul de Dax, al suroeste de Francia, fue el preludio del hallazgo dos días más tarde, en una casa rural en la localidad vascofrancesa de Saint Michel, a pocos kilómetros de la frontera española, de un taller en el que durante años, ETA había fabricado explosivos y armas e incluso había hecho pruebas con ellos.