Nueva York aún conserva vestigios de su pasado holandés

Brooklyn, Harlem y Bajo Manhattan albergan herencias de sus primeros colonos.




La ciudad de Nueva York se renueva constantemente y no es fácil encontrar vestigios de la colonia de Nueva Amsterdam, 400 años después de que Henry Hudson navegase el río que ahora lleva su nombre.

Pero ya sea sentado en unas escaleras de entrada en Brooklyn, paseando por Harlem o caminando por el Bowery, el turista se conecta con las raíces holandesas de la ciudad. Ahí están los nombres de lugares, estatuas, e incluso una granja holandesa del siglo XVII en Brooklyn, herencias de ese capítulo temprano en la historia de Nueva York.

"Por su naturaleza, Nueva York construye encima de todo", dice Russell Shorto, autor de "The Island at the Center of the World: The Epic Story of Dutch Manhattan and the Forgotten Colony that Shaped America", un libro sobre el período holandés de la ciudad.

Pero el Bajo Manhattan aún muestra la huella de sus primeros colonos. "Los holandeses trazaron las calles allí, y el diseño sigue siendo el mismo", dijo Shorto. "Y Wall Street era el límite norte de Nueva Amsterdam. Los holandeses construyeron la muralla allí no para protegerse de los indios, sino de los ingleses".

COLONIA HOLANDESA
El último director holandés de la colonia fue Peter Stuyvesant, cuya estatua está en la Iglesia de Saint Mark in-the-Bowery. La palabra "bowery" es el término holandés que significa granja, y la propiedad fue una vez "la granja de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, en la selva que es ahora el barrio de East Village".

El fuerte original de Nueva Amsterdam ya no existe, pero el Museo Nacional del Indio Americano está ubicado en su sitio, en Bowling Green en el Bajo Manhattan. Una escultura en la base de un asta de bandera cerca del museo muestra al holandés Peter Minuit comprando Manhattan de manos de los indígenas en 1626. El asta fue un regalo de Holanda a Nueva York en 1926, en el 300 aniversario de la primera transacción de bienes raíces en la ciudad.

En Brooklyn existe una prueba más tangible del legado holandés: la Pieter Claesen Wyckoff House fue construida por un colono y sus descendientes como granja de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales. La porción más antigua de la casa data de 1652, aunque fue ampliada en 1740 y 1819. Es ahora un museo y un Monumento Histórico Nacional administrado por la municipalidad de Nueva York, que la describe como el edificio más antiguo sobreviviente en la ciudad.

Adentro, una porción de la pared interior ha sido expuesta para mostrar los materiales originales usados en la construcción de la casa: barro, paja y madera. La casa está llena de objetos, desde una antigua cuna hasta cerámicas importadas de Delft. Los visitantes aprenden allí sobre detalles de la vida cotidiana hace siglos, y descendientes de los Wyckoff originales han visitado desde todas partes del mundo.

"Este es su hogar ancestral", dijo Shirley Brown Alleyne, directora de educación de la Wyckoff House, quien estima que entre 50.000 y 60.000 personas llevan el apellido Wyckoff o una variante. La casa ofrece giras y celebra eventos durante todo el año.

EVENTOS
Muchos de los nombres de la ciudad, como la avenida Bowery, provienen de palabras holandesas. La Isla Rikers, donde está ubicada ahora la cárcel municipal, lleva el nombre de una familia holandesa. El barrio de Harlem el de la ciudad homónima en Holanda. Brooklyn era originalmente Breukelen. Y las entradas con escaleras encontradas en muchos edificios residenciales en la ciudad son también algo heredado de los holandeses, dice Shorto.

Shorto narra una nueva gira auto-guiada del Nueva York holandés del siglo XVII llamada "New Amsterdam Trail" que la ciudad lanzó en mayo como parte del aniversario 400 del viaje de Henry Hudson. Varios museos van a ofrecer además exposiciones especiales en honor al cuarto centenario, incluyendo "Amsterdam/New Amsterdam: Los Mundos de Henry Hudson", en el Museo de la Ciudad de Nueva York.

Entre los eventos figuró el recorrido de una semana que hizo en junio una pequeña flota siguiendo la ruta navegada por Hudson río arriba, entre la Bahía de Nueva York Albany, capital del estado de Nueva York. En septiembre, una aldea holandesa será recreada en el Parque Bowling Green en el Bajo Manhattan, y Governors Island será sede de un festival en el que se presentarán artistas de Holanda y Nueva York. El arte y la cultura holandeses será celebrados además en la ciudad del 12 al 16 de noviembre, en los "Cinco Días Holandeses".

"Todas las celebraciones del aniversario ofrecen a la gente otra razón para visitar Nueva York este año y nosotros alentamos a neoyorquinos y visitantes a que disfruten todas las actividades celebratorias", dijo George Fertitta, que encabeza la agencia de turismo y promoción de la ciudad y dirige el comité a cargo de las celebraciones.

Aunque los eventos por el aniversario, las giras y otra evidencia de Nueva Amsterdam forman un maravilloso itinerario, Shorto dice que el aspecto más fundamental del legado holandés en Nueva York es su reconocida identidad como una ciudad multicultural.

"La república holandesa fue el mosaico original de culturas en Europa, y cuando fundó esta colonia, esa mezcla de gente vino aquí, junto con esa idea que inventaron llamada tolerancia", dijo Shorto. "Por el 1640 en Nueva Amsterdam había 500 personas y 18 idiomas. Era ya esa mezcla".

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