Desde la década del 60, cuando se lanzaron al mercado las píldoras anticonceptivas, la composición de ésta ha variado para aumentar la seguridad y evitar los efectos secundarios.
Investigadores de la Universidad Nottingham, en Gran Bretaña, analizaron la base de datos de expedientes médicos de más de 50 mil mujeres entre 15 y 49 años y se fijaron, especialmente, en el tipo de anticonceptivos que estas mujeres declararon usar y la cantidad de casos de trombosis por coágulos de sangre que se habían constatado en un período determinado.
Según este estudio, publicado esta semana en el Bristish Medical Journal, las mujeres que tomaron los anticonceptivos orales combinados (formulaciones que contienen dos hormonas como estrógeno y progestina) tenían un riesgo mayor de desarrollar coágulos en la sangre que aquellas mujeres que no utilizaban hormonas como método anticonceptivo.
Los especialistas también evidenciaron que las píldoras que contenían hormonas sintéticas como drospirenona o desogestrel tenían más riesgo de trombosis que los fármacos más antiguos que utilizaban levonorgestrel.
"Los resultados proporcionan evidencia convincente de que estos nuevos anticonceptivos orales se asocian con un mayor riesgo de tromboembolismo venoso que las opciones más antiguas", dijo Susan Jick, epidemióloga de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Boston.
El riesgo de trombosis aumenta si la mujer que utiliza anticonceptivos con hormona fuma o es obesa.