EL PODER DEL BRÓCOLI / Elimina el benceno del cuerpo
En la provincia china de Jiangsu, al norte de Shanghai (una de las zonas con índices más altos de contaminación), más de 100 personas estuvieron bebiendo té de brotes de brócoli por tres meses . Investigadores de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg y del Centro Masónico de Cáncer de la U. de Minnesota, estudiaban efectos de la bebida y con exámenes de sangre vieron que quienes estas personas tenían altos niveles de benceno (hidrocarburo presente en la contaminación atmosférica relacionado con el cáncer) y de acroleína (fuerte irritante pulmonar asociado con asma y alergias). En quienes bebieron el té, estas sustancias aumentaron su excreción a través de la orina, incluso varias semanas después de dejar de tomar lo. El brócoli por sobre todo (al igual que otras crucíferas como la coliflor y las bruselas) contiene sulforafano, una sustancia química que provoca una mayor producción de enzimas desintoxicantes encargadas de deshacerse de las sustancias nocivas que se van acumulando en el cuerpo.
Thomas Kensler, uno de los autores, dijo a La Tercera que estas enzimas convierten las moléculas contaminantes solubles en grasa y agua para que pueden ser excretados fácilmente en la orina.
DISTINTOS TIPOS DE TÉ / Reducen cáncer
Samuel Durán, presidente del Colegio de Nutricionistas Universitario, dice que el té negro, rojo y blanco, pero especialmente el verde, ayudan a mitigar el daño celular que provoca el esmog al aumentar el proceso de oxidación, porque son ricos en polifenoles, lo que se traduce en menos riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Además, tiene propiedades diuréticas y por esa vía ayuda a la excreción de tóxicos desde el riñón.
Fernando Torres, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, dice que las catequinas, otro antioxidante del té, neutraliza radicales libres y previene la formación de nitrosamina, sustancia carcinógena que produce el tabaco y el esmog.
LA SOYA Y SUS DERIVADOS / Mejoran pulmones
A juicio de Durán, la soya y los alimentos que la contiene como el tofu o el miso previenen el cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares, porque son ricas en isoflavonas, compuestos bioactivos, no nutritivos, presentes naturalmente en varias especies vegetales, pero en altos niveles en la soja. También son conocidas como fitoestrógenos.
Las isoflavonas de la soya, también conocidas como fitoestrógeno, se han probado en algunos estudios, por su efecto desinflamatorio, para reducir los ataques de asma en pacientes que la tienen mal controlada, demostrando que es capaz de disminuir la inflamación de los pulmones, órgano afectado en personas que fuman y que viven en ambientes muy contaminados.
BERRIES PROTECTORES / Anticancerígenos
Muchos de los elementos irritativos que contiene la contaminación atmosférica pueden intervenir en la multiplicación natural de las células y propiciar el crecimiento de algún cáncer. "Los berries, como el maqui, arándanos, moras, frutillas y fresas, presentan efectos quimioprotectivos y terapéuticos, ya que contienen una gran cantidad de polifenoles, que incrementan la apoptosis o muerte natural de las células cancerosas", dice Durán. Los tóxicos del ambiente también endurecen las arterias y aumentan el riesgo de ataques cardíacos. Estudios en arándanos, por ejemplo, han mostrado que reducen la proteína C reactiva, indicador de inflamación de los vasos sanguíneos y del organismo.
AJO CONTRA METALES PESADOS / Broncodil
Los ajos y cebollas son ricos en varias sustancias que, además de ser protectores, ayudan a la excreción de toxinas acumulados en hígado y riñones como hidrocarburos policíclicos y otros metales pesados. Para ellos se generan enzimas que ayudan a la excreción a través de la orina y filtración de la sangre.
Según Durán, el ajo "contiene ácido gárlico y trisulfuro de dialilo, dos sustancias que son capaces de inhibir el crecimiento de las células cancerígenas y favorece su apoptosis" o muerte natural.
Además, ajos y cebollas poseen un efecto mucolítico y broncodilatador que ayuda en las afecciones pulmonares gracias al sulfuro que liberan, que también es antiinflamatorio.
ZANAHORIA RICA EN VITAMINA A / Radicales libres
Las zanahorias, melones y espinacas son ricos en vitamina A y carotenos, los cuales tienen un efecto protector sobre la piel y mucosas, generando una barrera defensivo-inmunológica, previniendo así algunos cánceres como de boca, estómago, colon, cervicouterino y broncopulmonares, dice Torres.
Además, los betacarotenos que contienen atrapan radicales libres y moléculas de oxígeno libres provenientes de la polución que son altamente tóxicas para las células y tienen reconocido efecto cancerígeno. Varios estudios han evidenciado que el consumo de alimentos ricos en estas sustancias (no suplementos) tienen beneficios en pacientes con cáncer de pulmón, por ejemplo.
NARANJAS Y LIMONES / Antioxidantes
Fernando Torres explica que limones, naranjas, caquis, kiwi, pimientos y el perejil contienen vitamina C, conocida por sus propiedades antioxidantes y bloqueador de la formación de nitrosamina, reconocidos agentes cancerígenos.
Recientemente, un estudio de la U. Columbia Británica y otro aplicado en niños mexicanos han demostrado que los efectos de la contaminación del aire se pueden reducir con este tipo de antioxidantes y que mejora la función de las vías respiratorias y reduce la mucosidad. También, mostraron que el ozono (como subproducto de los contaminantes del aire) se bloquea con la vitamina C, proceso que ocurre en ciertos vegetales.
LEGUMINOSAS
Está probado que la fibra de frutas, verduras, leguminosas y cereales integrales reduce el riesgo de cáncer de colon. Además, la fibra dietética fermenta en el intestino, aumentando la salida de los ácidos biliares y reduciendo su toxicidad. La fibra participa en la producción de butirato, ácido graso con efecto purificador de la flora intestinal y potenciales efectos anticancerígenos en cáncer de mama y colon.
TOMATES
Uno de los efectos de la contaminación ambiental en las células del cuerpo es el estrés oxidativo y el tomate es reconocido desde hace tiempo por su poder antioxidante. El licopeno de los tomates (pigmento vegetal que le da el color) es de la familia de los carotenoides y ayuda a neutralizar y eliminar sustancias como los radicales libres. También posee un efecto diurético por el que también elimina más toxinas.