El proceso de paz por el que el Presidente Juan Manuel Santos fue galardonado con el premio Nobel, nuevamente está tambaleándose en Colombia.

Corriendo contra el tiempo, el gobierno de Santos intentaba hoy impulsar el nuevo acuerdo que el 12 de noviembre selló entre su administración y la guerrilla de las Fuerzas Armadas

Revolucionarias de Colombia (Farc), luego que un primer acuerdo fuera rechazado por la ciudadanía en un plebiscito el 2 de octubre.

Tras ese revés, ambas partes alcanzaron una nueva propuesta que incluye las iniciativas y modificaciones del sector conservador que lideró la campaña del "No" en la consulta pública.

Sin embargo, las nuevas modificaciones parecen no ser suficientes, y el acuerdo de paz que busca terminar con más de 50 años de conflicto armado aún deberá superar una serie de obstáculos.

La noche del lunes y tras días de suspenso, el rostro más significativo de la campaña del "No", el senador y ex presidente Alvaro Uribe, rechazó el nuevo pacto y solicitó reunirse con los miembros de las Farc. "Tenemos toda la disposición de dialogar entre el gobierno y las Farc sobre las modificaciones en los temas referidos", aseguró Uribe.

Un encuentro entre Uribe y la guerrilla fue descartado totalmente por el comandante guerrillero Pablo Catatumbo, miembro del equipo negociador, quien aseguró que no iba a permitir que el senador "dilatara" la aplicación del acuerdo. "Uribe mal gobernó, corrompió y ensangrentó a Colombia durante ocho años y nunca quiso la paz sino la derrota de las Farc, no pudo. Dilatar no", escribió Catatumbo en Twitter. Hoy también se confirmó la llegada a Bogotá del líder de la guerrilla, Rodrigo Londoño "Timochenko", lo que aumentó la incertidumbre sobre una inminente firma.

La oposición cuestiona entre otras cosas que los jefes guerrilleros involucrados en crímenes de lesa humanidad puedan participar en política. El sector liderado por Uribe propone que algunos de los miembros de las Farc vayan recobrando gradualmente sus derechos luego de pagar por sus delitos. También pide que se elimine el narcotráfico como un crimen relacionado al delito político y que el acuerdo no entre en la Constitución.

El jefe de la delegación del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, se reunió hoy con miembros de las Farc para definir el lugar y la fecha de la firma del nuevo acuerdo, pese al rechazo de la oposición.

"Está difícil la cosa. Ayer (el lunes) trabajamos hasta la medianoche con los voceros del 'No' donde se intercambiaron opciones tratando de aclarar y se incorporó prácticamente todo lo que pidieron, con excepción del tema de la participación política de las Farc", aseguró De la Calle a la cadena radial Caracol.

El alto comisionado para la paz del gobierno, Sergio Jaramillo, también lanzó un mensaje de urgencia el lunes por la noche. "Realmente tenemos un problema de tiempo extremadamente grave. Una guerrilla no se puede quedar en la incertidumbre en que están las Farc y tenemos que pasar a la implementación", aseguró. La firma del acuerdo se realizará el jueves, en Bogotá, en el Teatro Colón y tiene que ser refrendado por el Congreso.