El sábado 7 de noviembre, Unión La Calera jugó su último partido en el añoso Estadio Municipal Nicolás Chahuán Nazar. Ese día, los cementeros cayeron por 2-0 ante su tradicional rival, San Luis de Quillota, y oficialmente el municipio local anunció que la construcción del futuro nuevo recinto deportivo comenzaba una de sus últimas etapas.
En las semanas siguientes, la municipalidad local inició el desmantelamiento, considerando que ya en estas fechas debería haberse entregado a la empresa que el Ministerio de Obras Públicas considerara que debería desarrollar las obras de construcción del proyecto.
Pero hace algunos días se supo que surgió un inconveniente no menor para la construcción del nuevo estadio calerano: que los montos de las tres empresas que participaron en la etapa final de licitación del proyecto superaron ampliamente los nueve mil millones que están dispuestos.
La situación se debería haber resuelto en noviembre, según el calendario de la licitación pública, luego de que una comisión de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas revisara las ofertas técnicas de cinco empresas que se presentaron al concurso público, quedando seleccionadas sólo tres de ellas para la etapa final de revisión de la propuesta económica y para la adjudicación de las obras.
No obstante, la oferta más baja de las tres propuestas elegidas es de poco más de 12 mil millones de pesos, es decir, tres mil millones más de lo presupuestado. Esta situación llevó a que el MOP pidiera al Instituto Nacional de Deportes y la Municipalidad de La Calera, una forma de buscar los millones que faltan para adjudicar la obra a una de las empresas, plazo que terminaría a fines de enero.
El alcalde de La Calera, Eduardo Martínez, le quitó dramatismo a la información y señaló que “hay que tener tranquilidad porque los nueve mil millones para el Estadio Municipal de La Calera ya están adjudicados. Por lo tanto, se va a construir. Pero al abrir las propuestas, las empresas señalan que las obras cuestan más de 12 mil millones de pesos, más de lo presupuestado”. La autoridad comunal comentó que este aumento de los costos de construcción se debió a exigencias de seguridad y comodidad que se le hicieron al proyecto en su última etapa. A eso hay que sumar el interés de las ganancias de las empresas que participaron de la licitación de las obras.
“Lo más negativo que nos podría pasar es que el estadio tenga algunas butacas menos y se descarten los ascensores. Además, debe considerarse que está presupuestado que las obras culminen en 2017 y en el intertanto, se pueden conseguir más recursos”, agregó el edil.
Unión La Calera, que hace uso del recinto –inaugurado a comienzos de la década del 50- para jugar sus partidos como local en el torneo nacional, deberá ocupar otro recinto para ejercer su localía en el Clausura. Tiene como opciones el Lucio Fariña, de Quillota, y el Elías Figueroa, de Valparaíso.