Un grupo de 183 voluntarios con sobrepeso y obesidad se sometieron a un plan de control de peso, como parte de una investigación científica de la U. de Drexel (EE.UU.).

A los voluntarios les reemplazaron comidas, les redujeron su consumo de calorías y aumentaron sus niveles de actividad física.

Los investigadores descubrieron que aquellos pacientes que perdieron peso rápidamente en las dos primeras semanas no pudieron mantener su peso al cabo de un año. En cambio, los que perdieron peso de manera gradual, sí lograron mantenerlo después de 12 meses, incluso, la mayoría después de dos años.

Por ejemplo, los pacientes que perdieron dos kilos en un semana, un kilo en la semana siguiente y medio kilo más en la subsiguiente, es decir, tres kilos y medio en sólo tres semanas, volvieron a su peso inicial un año después, a diferencia de los que perdieron medio kilo semanal por las siguientes seis semanas (tres kilos en un mes y medio).

"Desarrollar un calendario estable de comidas saludables y ejercicio puede ayudarte a manejar tu peso de manera constante", concluyó Emily Feig, autora principal del estudio citada por el diario británico The Independent.

La investigación muestra que construir un hábito de comidas sanas y constantes puede ayudar a los pacientes a reducir la variabilidad de peso y perder kilos de manera más consistente, incluso si es a un ritmo lento.