Por largo tiempo, lo único que se veía ahí, al costado sur de la Plaza Mulato Gil, era un colorido mural del artista francés Thierry Noir. Parecía un pedazo de Muro de Berlín, puesto ahí, en pleno barrio Lastarria. Aunque pintoresco, los vecinos sabían que detrás había un sitio eriazo del que no se tenían noticias de qué pasaría con él. Eso, hasta hace un año, cuando empezó a construirse el hotel de cinco estrellas Cumbres Lastarria a un costado. Este proyectará en ese estrecho espacio de 300 m2 un paseo peatonal, que podrá recorrer cualquier persona, sea o no pasajero del hotel. Ahí se instalarán esculturas y mobiliario, y para cuidar las obras de arte, este espacio cerrará por las noches.
Hace cuatro años, dos inversionistas, el arquitecto Rodrigo Errázuriz y el empresario Sebastián de Cárcer, compraron el terreno a sus dueños, la fundación que administra la Plaza Mulato Gil, para levantar ahí un sofisticado hotel de más de 70 habitaciones. Su inauguración está programada para fines del próximo año y se convertirá en el segundo cinco estrellas del barrio (el primero será el The Singular, que hoy se construye en calle Merced, frente al Emporio La Rosa) (ver recuadro).
Pese a que el edificio de siete pisos lucirá un fachada contemporánea, cubierta por un mural de hormigón, conservará el frontis de un antiguo emporio, que perteneció a un inmigrante italiano.
En el paseo peatonal, además de las esculturas, se ubicará la terraza del café del hotel. "Será un lugar de encuentro, un espacio urbano que le regalaremos al barrio para que se desarrolle ahí la vida urbana", sostiene el arquitecto y socio del proyecto, Rodrigo Errázuriz.
Hotel de diseño
Sus gestores aseguran que no se trata de un hotel boutique. "Esos tienen entre 10 y 20 habitaciones y éste tendrá 73", precisa Colin Turner, gerente general de la cadena Cumbres, a la que pertenece este recinto. "Más bien se trata de un 'hotel de diseño', porque será sofisticado y moderno", aclara el ejecutivo.
La decoración de los espacio comunes y las habitaciones estará a cargo del reconocido diseñador de interiores Enrique Concha, junto a la firma Arbol de Color. Cada pieza estará ornamentada con una pintura de gran formato relacionada con Santiago.
El edificio tendrá, además, una terraza en la azotea, la que contará con piscina y restaurante. Lo llamativo de éste es que la cocina se ubicará al centro y a la vista de los pasajeros. En el primer piso, en tanto, funcionarán un wine bar y un gran salón, donde se realizarán eventos culturales y artísticos, acordes con el perfil del barrio.
Rodrigo Errázuriz explica que este nuevo recinto está orientado "a turistas eu- ropeos de altos ingresos, que se interesan por la cultura, el patrimonio y la historia de la ciudad". Colin Turner agrega que "es un segmento que estaba desatendido en este sector de la capital y que necesitaba recintos de esta categoría ahí".
Durante sus primeros años de funcionamiento, las tarifas de Cumbres Lastarria promediarán los US$ 180 por habitación.