Egipto, fue escena nuevamente de un intento de suicidio a lo bonzo. Ayer lo hizo un comerciante en las afueras del edificio del Parlamento en El Cairo; hoy frente a la sede del gobierno, un hombre de 63 años se roció gasolina y se prendió fuego, tras lo cual fue llevado a un hospital, informaron medios locales.
En los últimos días también se han producido incidentes similares en Argelia y Mauritania, en lo que parece una ola de contagio del tunecino Mohamed Bouazizi que en diciembre se quemó a lo bonzo en protesta al régimen político.
El portal de noticias egipcia "youm7" aseguró que hoy en la ciudad portuaria de Alejandría un joven desempleado de 25 años se prendió fuego sobre el tejado de la casa de sus padres. Actualmente se encuentra ingresado en un hospital con quemaduras en el 95 por ciento de su cuerpo según el ministerio de Salud.
El blogero egipcio Hossam el-Hamalay, en una entrevista a la BBC, dijo que las personas que han cometido estos intentos de suicidios comparan la situación política de Túnez con la de sus propios países.
"Hay un gran interés. Las personas de Egipto y el público han seguido los eventos en Túnez con tanta alegría que pueden comparar su situación con la suya propia", dijo el-Hamalay.
Según el blogero la auto-inmolación como protesta pública es rara en el mundo islámico pero es algo que en los últimos años ha estado surgiendo. Esta forma de protesta ha adquirido otro tipo de simbolismo y los movimientos se han convertido en "diferentes formas de resistencia que trascienden las normas culturales y religiosas", dijo el-Hamalay.