Las advertencias comenzaron a llegar desde distintos sectores. Mientras la destacada historiadora estadounidense Anne Applebaum advirtió recientemente -en una entrevista con el semanario Der Spiegel- que "el orden mundial que hemos conocido desde el fin de la Guerra Fría ha sido radicalmente transformado", el ex ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, aseguró que se acerca "el fin de Occidente tal como lo conocemos".
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha despertado una serie de preocupaciones sobre el orden mundial que se había mantenido prácticamente intacto desde la Segunda Guerra Mundial, con Estados Unidos como la mayor potencia económica y militar. Algo que se acrecentó con la caída de la Unión Soviética en 1991. "Las economías en todo el mundo se han desacelerado. La supuesta conexión entre gran prosperidad y política democrática ha fracasado en materializarse. La desilusión democrática ha ido en paralelo a la decepción económica. Se ha desprestigiado la globalización y el comercio, acusados de reducir los ingresos y los trabajos. Con el envejecimiento de la población, los gobiernos han contraído excesivas cargas financieras. La opinión pública, en vez de fortalecer los ideales democráticos, ha girado hacia el populismo económico y el nacionalismo. Hola Brexit y Donald Trump", escribió el columnista Robert J. Samuelson en el diario The Washington Post.
Samuelson añade que Trump tiene sus propias ideas sobre el debilitamiento del orden internacional y lo ha hecho en el campo del comercio, lo que podría iniciar una guerra comercial.
Mientras que el ex secretario de Estado Henry Kissinger lo advirtió en su libro World Order de 2014. A su juicio, el mundo se encuentra en su mayor riesgo cuando el orden internacional se mueve de un sistema a otro. "El caos sigue hasta que un nuevo sistema de orden se establece", concluye.
Unas de las primeras señales de este nuevo orden la dio Trump el viernes 27 de enero pasado cuando firmó la orden ejecutiva sobre migración. En ella se cancela el programa de refugiados por 120 días y se prohíbe la entrada a personas provenientes de siete países de mayoría musulmana. El mandatario daba, de esta forma, un giro a la tradicional política estadounidense de acogida de inmigrantes. Las consecuencias no sólo fueron el repudio de la comunidad internacional, sino que incluso tuvo un impasse con el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, luego que el acuerdo de refugiados de ambos países -por el que Camberra trasladaría 1.250 refugiados a EE.UU.- quedara en la incertidumbre.
1 Crisis en la UE
Trump asumió el poder coincidentemente en un momento complejo para Europa en general. Por un lado, la Unión Europea está siendo desafiada por la salida de Reino Unido del bloque, cuyo proceso debería comenzar en marzo y concluir en 2019. El continente está viviendo una ola de populismo de extrema derecha, que amenaza con romper los pilares fundamentales del bloque. La actual crisis sumada a las políticas de la administración Trump -que respalda el Brexit, por ejemplo- amenaza con romper la alianza que por más de 60 años Europa y Washington han mantenido. Según Der Spiegel, "Trump cuenta con la desintegración de Europa".
Es por eso que, teniendo en cuenta las declaraciones que Trump realizó tanto en la campaña como durante la transición, muchos analistas han señalado que ahora Europa se verá obligada a impulsar su defensa común.
"La Unión Europea (UE) debería tomar la llegada de Donald Trump como un importante llamado de atención para mejorar su política de exterior y de seguridad", sostuvieron los analistas Stefan Lehne y Heather Grabbe, en un artículo del centro de estudios Carnegie Europe.
En ese sentido, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo la semana pasada que "el cambio en Washington pone a la UE en una situación difícil; parece que la nueva Administración cuestiona los últimos 70 años de política exterior norteamericana".
Y las fichas ya se están moviendo, Trump ya se reunió con la primera ministra británica, Theresa May, en Washington. Mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, ya han hecho llamados a la unidad del eje franco-alemán en defensa de la Unión Europea. De hecho, en la última cumbre de Malta del viernes pasado, los líderes europeos respaldaron la idea de una Unión más cercana.
2 Futuro de la OTAN
En una reciente entrevista conjunta con el diario inglés The Times y el alemán Bild, Trump señaló que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) era "obsoleta". Esto desató una serie de críticas sobre el rol que iba a jugar Estados Unidos en este bloque. Aunque sus declaraciones se matizaron tras la reunión con May, en la que ambos mandatarios reafirmaron su compromiso con la Alianza Atlántica.
La OTAN enfrenta un complejo panorama, porque a la incertidumbre planteada por Trump, se suma no sólo la política expansionista de Rusia, sino también Turquía -que ingresó en 1952 - que ahora tiene alianzas con Moscú. En agosto del año pasado, el Presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, fortalecieron su "sociedad estratégica" mediante acuerdos económicos, y en diciembre se unieron por la paz en Siria. "El sueño de Putin sería romper la alianza de la OTAN, y Turquía es uno de esos vínculos débiles", dijo a la revista Foreign Policy, Michael Reynolds, profesor de historia rusa y otomana en la Universidad de Princeton.
3 Medio Oriente
Las reservas energéticas de la región despertaron el interés de Estados Unidos ya en la década del 30: quien tuviera el control de la zona tendría influencia en todos los asuntos mundiales. De hecho, en 1945 el Departamento de Estado describía a Arabia Saudita como "una estupenda fuente de poder estratégico y uno de los mayores premios materiales en la historia del mundo". El dominio de Estados Unidos se mantuvo durante décadas y uno de los puntos de inflexión ha sido la guerra en Siria, que se ha extendido por casi seis años, que dio paso al predominio ruso. "Las relaciones entre Rusia e Irán alcanzaron un apogeo sin precedentes, gatillado por la cooperación militar en Siria y su visión compartida del orden global y críticas mutuas a la política occidental en Medio Oriente", señalaron en un artículo los analistas Ellie Geranmayeh y Kadri Liik, del centro de estudios European Council and Foreign Relations. A juicio de los expertos, a Moscú y Teherán los une su oposición al unilateralismo de Estados Unidos. Algo que otros expertos advierten se puede exacerbar con Trump.
Por otro lado, el mandatario se ha mostrado crítico con Teherán, régimen al cual aplicó nuevas sanciones. Según los analistas, esta postura ha sido apreciada por países como Arabia Saudita.
Respecto del conflicto palestino-israelí, Trump no ha adoptado una posición oficial. Sin embargo, la semana pasada la Casa Blanca señaló que "la construcción de nuevos asentamientos o la expansión de los existentes más allá de sus límites actuales puede no ser de ayuda para lograr la paz".
4 El nuevo rol de China
La política proteccionista de Trump, que se tradujo con la decisión de retirar a EE.UU. del Acuerdo Transpacífico (TPP), dejó la vía libre a China, según los analistas. La agencia Bloomberg calificó la medida como un "regalo de Trump para China" y la cadena CNN afirmó que "matar" el acuerdo eran "malas noticias para los estadounidenses, pero muy buenas para China". Al Presidente chino Xi Jinping podría resultarle más fácil presentar a Beijing como el abanderado del comercio libre y los chinos podrían incluso plantear un pacto alternativo. "Es probable que China tenga un papel mucho más importante en el comercio de Asia y el Pacífico", afirmó Rajiv Biswas, del IHS Markit, en un informe.