La mañana del lunes 9 de enero el profesor de educación física Mario Aguilar asumió como presidente del Colegio de Profesores, tras haber derrotado a Jaime Gajardo, quien estuvo al mando de la organización por casi 9 años.
Desde su candidatura, Aguilar se posicionó como la opción "disidente" al trabajo realizado por la directiva antigua. "La organización anterior tenía la noción de que la dirigencia conduce, como si la base fuera una masa. Nosotros esa concepción no la compartimos, quedó obsoleta y fue lo que hizo crisis en esta organización".
Dentro de las primeras medidas de Aguilar, es convocar a un Congreso Estatutario, una suerte de Asamblea Constituyente al interior del gremio. Esto con la intención de cambiar los estatus del colegio y que así las decisiones sean tomadas a través de preguntas vinculantes a las bases.
Plantean que su alianza central es con los movimientos sociales, ya sea con los de educación u otros, como "No + AFP", lucha a la que pretender incluirse oficialmente. Aun así, desde la nueva directiva indican que no significa despolitizar la organización. "Vamos a interlocutar con la clase política, es nuestra obligación como dirigentes, pero siempre lo vamos a hacer desde la autonomía, no subordinado a ninguna coalición y desde la base del movimiento social".
Dentro de las cuestiones sobre educación, Aguilar fue bastante crítico con la forma estandarizada en la que se trata a la educación actualmente, adiestrando a los alumnos para que respondan correctamente pruebas en vez de entregarles una educación integral. Puntualizó que lucharán no solo por cambios administrativos, sino que también dentro de la sala de clases. Además, buscan colocar a los profesores como agentes expertos cuando se debatan temas de educación, dejando de lado a ingenieros o economistas.
Fue enfático en decir que estos planteamientos estaban incluidos en su programa y que se regirían por ellos hasta 2020, cuando termine su mandato. En este aspecto, criticó al gobierno de Michelle Bachelet, a quienes acusó de no solo de no seguir a cabalidad los lineamentos de su programa, sino que de no considerarlo necesario.