El nuevo presidente del Banco Central de Brasil, Alexandre Tombini, estableció hoy como prioridad el combate a la inflación, que cerró 2010 situada en torno al 6% y que, en su opinión, debe caer por lo menos a la mitad.

En una ceremonia en que la recibió el cargo formalmente de manos de su antecesor, Henrique Meirelles, Tombini sostuvo que la tasa de inflación de Brasil debe ser llevada a los mismos niveles que tiene en las otras grandes economías emergentes, que es cercana al 3%.

"Mantener el poder de compra debe ser un objetivo permanente para el Gobierno y sobre todo para el Banco Central, pues un crecimiento sustentable sólo se alcanza con una inflación baja, que garantiza las inversiones que luego generan empleo y renta", declaró Tombini.

Brasil trabaja con un sistema de metas de inflación que para los años 2011 y 2012 ya prevé una tasa del 4,5%, con una tolerancia de dos puntos porcentuales más o menos.

No obstante, Tombini dijo es que necesario "tener la ambición de perseguir el futuro" y dio a entender que, en junio próximo, cuando se deberá fijar la meta de inflación para 2013, se podría imponer un objetivo menor.

Las metas de inflación tienen un relación directa con las tasas básicas de interés, que el Banco Central regula en función de los objetivos trazados por el Gobierno.

Tombini señaló que, en ese sentido, otra de las metas del Banco Central será crear las condiciones necesarias para que se pueda avanzar hacia una gradual reducción de la tasa de interés de referencia, que se sitúa actualmente en un 10,75% anual, considerado elevado por la empresa privada y el propio Gobierno.

El nuevo presidente del Banco Central se comprometió, asimismo, con la manutención del sistema de cambio flotante, sin ningún tipo de intervenciones oficiales, pues ha permitido "coordinar mejor las expectativas y absorber los choques con unos costos menores para la sociedad".