"Cuando comenzamos la Asamblea Plenaria (lunes 7 de noviembre), recién se mencionaron algunos posibles obispos. Por ahí salió el mío. Yo no esperaba que pudiera ser un real candidato. Luego, en la votación, resultó mi nombre. En estos casos siempre he entendido que si uno no tiene razones de peso para no aceptar el servicio, tiene que asumirlo. La voluntad de Dios se manifiesta en el querer de los obispos".

Así resume el prelado castrense Santiago Silva Retamales el momento en que fue elegido como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (Cech).

¿Seguirá impulsando el reciente convenio de la Cech con Chile Transparente para crear mejores "rendiciones de cuentas"?

Poco a poco, y cada vez más intensamente, hemos venido tomando conciencia de que la Iglesia tiene que transparentar su gestión, también en lo económico, como cualquier otra institución. Hoy estamos bastante avanzados en la clarificación de nuestras cuentas, en la regulación de dinero y propiedades, conforme a las normas vigentes. Nuestra preocupación mayor es la formación permanente de los que trabajan en materias económicas en nuestras diócesis.

En el Vaticano se anunció que el Papa Francisco no visitará Sudamérica durante 2017...

En la segunda quincena de febrero del próximo año tenemos la llamada visita ad limina al Santo Padre y a la Santa Sede, como Conferencia Episcopal. Allí conversaremos con el Papa la posibilidad de una visita pastoral a Chile, que seguramente deberá armonizarse con su visita a Argentina y Uruguay. Por el momento, no hay fecha segura. Nos corresponde comprender y respetar sus prioridades como pastor universal.

¿Cuál será el eje de su gestión?

Hay algunos imprescindibles. Basta tener una cierta sensibilidad ante la realidad política, económica y social para entender que necesitamos con urgencia un diálogo permanente y maduro (…) El esfuerzo por reconstituir redes de entendimiento y hacernos "socios" para contribuir a formar una "sociedad" inclusiva y de atención preferente a los pobres.

¿Y en lo que respecta a la Iglesia?

Un eje es recuperar la centralidad de nuestras Orientaciones Pastorales 2014-2020, que vienen a ser la "carta programática" del anuncio del Evangelio en el Chile de hoy. Junto con ello, no podemos perder el anhelo permanente de relacionar la fe con la cultura y esta con la fe. La fe enriquece las culturas y ellas ofrecen lenguajes para el anuncio de fe.

También está el proyecto para despenalizar el aborto en tres causales...

Como Iglesia nos hemos reunido en varias ocasiones con diversos parlamentarios para hacerles saber lo que pensamos acerca de la vida humana, de su origen y término. Hemos asistido a la Comisión del Senado que estudia el proyecto y expresado con claridad que en las tres causales propuestas, lo que se establece es una acción directa para interrumpir el desarrollo de la vida humana. Estamos disponibles para seguir reuniéndonos con quien sea necesario para aportar al discernimiento. Mi certeza de cristiano es que, desde su misma concepción, quien se forma en el vientre de su madre es una persona, obra de un acto creador y deliberado de Dios, que es sujeto de derechos humanos.

En cuanto a DD.HH., se discute si los presos de Punta Peuco pueden acceder a la libertad condicional.

Los derechos humanos, su afirmación y ejercicio, son fundamentales para construir la sociedad como tal (...) En el caso de Punta Peuco, estimo que para acceder a beneficios carcelarios deben concurrir la ley que lo estipula y las condiciones requeridas. El arrepentimiento por el mal realizado tiene que ser un signo claro de que el privado de libertad quiere insertarse en la sociedad y, sobre todo, un gesto necesario para implorar el perdón de sus víctimas y familiares. Cómo debe producirse y expresarse es ya un tema prudencial.

¿Es vital el arrepentimiento?

No hay arrepentimiento sincero sin la opción por la verdad. El mal que se cometió es personal, lo generó una persona y ella tiene que manifestar su arrepentimiento; las peticiones de perdón institucional, vengan de donde vengan, son importantes, pero no suficientes. Cuando hay disposición a la verdad, cuando hay gestos de arrepentimiento, situaciones de vulnerabilidad que la ley contemple y el privado de libertad no representa un peligro para la sociedad, no veo por qué no puede acceder a los beneficios que la misma ley establece. Es un acto de humanidad esencial. Es muy doloroso lo que nos ocurrió: torturas, personas desaparecidas y muertas, pero hoy Chile está comprometido con un "nunca más" de esta herida.

¿Llama a quienes se arrepientan de sus delitos a entregar información?

La Iglesia siempre ha llamado a avanzar en la verdad. Más aún si esta verdad puede contribuir en aliviar de alguna manera el dolor de tantos chilenos. Sin embargo, pienso que también hay que saber respetar los procesos internos de las personas.

¿Le preocupa la quema de templos en La Araucanía? Son 18 en 2016.

Por supuesto, así como también diversas manifestaciones de violencia que constantemente atemorizan a una parte importante de los habitantes de esa región del país (…) Las fuerzas de presión llevadas a cabo por grupos pequeños y violentos afectan lo que de justo tiene la preocupación de los mapuches por su reconocimiento y aceptación de sus derechos. La violencia no le hace bien al pueblo mapuche. Dios quiera que el trabajo que hace la comisión asesora logre dar frutos, que se traduzcan en pasos concretos de paz y justicia.

¿Se revisará el tema del obispo Juan Barros de Osorno, que aún genera protestas en la diócesis?

En lo personal, deseo que el diálogo pueda continuar. Hay algunos presupuestos que son imprescindibles cuando se trata de la Iglesia católica. El nombramiento de los obispos es facultad exclusiva del Papa. Llevar adelante un diálogo sólo para exigir que el pastor de una diócesis salga de ella no es factible. Con el grupo opositor a Mons. Barros compartimos una misma fe. Si logramos purificar intenciones y dejar conductas y estrategias que hacen mal a la comunidad, podemos hallar puntos de acuerdo.